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Han pasado casi ocho décadas y en Hiroshima aún duelen las cicatrices de lo que ocurrió el 6 de agosto de 1945. En este 78 aniversario las imágenes reales del ataque por parte de Estados Unidos se entremezclan con las imágenes ficticias del que se ha convertido en uno de los éxitos cinematográficos del momento: Oppenheimer. La historia del padre de la bomba atómica. Artefacto que en esta ciudad y en Nagasaki acabó con la vida de más de 200.000 personas.

Justo en el epicentro de aquel bombardeo, hoy conocido como el Parque de la Paz, hay mensajes contra las armas nucleares y se palpa el debate en torno a la última cinta del director Christopher Nolan.

Mientras en muchas partes del mundo la película recauda millones, en los cines japoneses no hay rastro de Oppenhaimer. Tampoco hay fecha de estreno en el horizonte. Sí la hay para Barbie.

Su estudio, Warner, ha pedido perdón por la campaña que une ambos títulos, Barbenhaimer, ante las críticas por falta de sensiblidad que ha provocado en Japón.

Un país en el que el recuerdo de aquel 6 de agosto va más allá de la pantalla. Está en plena calle.

FOTO: Foto de JIJI Press / AFP

El periodista Agustín Rivera ha sido corresponsal y enviado especial a Japón en diversos momentos de su vida. Ahora, presenta Hiroshima. Testimonio de los últimos supervivientes, un libro sobre las víctimas de la bomba atómica. "Tienen un estigma increíble. Si decían que eran hibakusha, tenían problemas para casarse o temían que no iban a conseguir un empleo", explica en el informativo 24 horas de RNE. Rivera habla de la importancia de preservar su memoria: "Intentaba que las voces de los supervivientes fueran en primera persona". Además, destaca su capacidad "para intentar no tener rencor, para mirar hacia adelante y no sentir odio".

Corea del Norte ha lanzado este jueves un nuevo misil balístico hacia el mar del Este. El lanzamiento ha provocado que la isla japonesa de Hokkaido haya activado temporalmente la alerta antiaérea, aunque finalmente el proyectil ha caído fuera de las aguas de Japón tras volar aproximadamente una hora.

Foto: KCNA VIA REUTERS

Moscú ya ha preparado 10 aviones de combate bielorrusos para que carguen armas nucleares. Son bombarderos que pueden operar a gran altura, lejos de las defensas antiaéreas.

Rusia también ha armado a Minsk con sistemas de misiles balísticos Iskander y, a partir del 1 de julio, terminará un silo para armas nucleares en el país vecino.

El presidente ruso, Vladímir Putin, asegura que actúa en respuesta al envío a Ucrania de munición británica con uranio empobrecido, pero también porque se lo ha pedido su aliado bielorruso, Aleksander Lukashenko. Putin afirma que no viola los tratados de no proliferación porque no va a transferir las armas.

Washington mantiene armas atómicas en Italia, Bélgica, Países Bajos y Turquía. Francia y Reino Unido tienen arsenal propio. Estados Unidos, por ahora, rebaja la posibilidad de una escalada nuclear. La OTAN califica el movimiento ruso de "peligroso" e "irresponsable".

FOTO: EFE/EPA/ALEXANDER ASTAFIEV/SPUTNIK/GOVERNMENT PRESS SERVICE / POOL

El anuncio del presidente de Rusia, Vladímir Putin, sobre el despliegue de armas nucleares tácticas en Bielorrusia ha vuelto a elevar la tensión entre Rusia y Occidente. La OTAN ha dicho que la retórica del Kremlin es "peligrosa e irresponsable" y Bruselas advierte a Minsk de más sanciones. Estados Unidos considera que no hay ningún indicio de que Moscú prepare un ataque nuclear y Putin ha negado que intente formar una alianza militar con China frente al eje que, sostiene, está forjando EE.UU. con la OTAN y otros países de todo el mundo.

Foto: Un misil nuclear Topol en una calle de Moscú (Getty Images)

Será la primera vez, desde la caída de la Unión Soviética, que Moscú tenga armas nucleares fuera del país. Será antes del verano cuando, según el presidente ruso, Vladímir Putin, quede terminada la instalación para albergarlas. Putin dice que no hay que extrañarse porque Estados Unidos ha desplegado armas nucleares tácticas en territorio de sus aliados durante décadas. Para Estados Unidos no hay ningún indicio de que Putin prepare un ataque y considera que no hay ninguna razón para reajustar su estrategia de defensa.

Foto: Un misil nuclear Topol cerca del Kremlin (Getty Images)