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Han pasado nueve años desde que la coalición internacional invadió el país. Los talibanes han recuperado el control de algunas zonas y el Gobierno necesita la ayuda exterior para mantenerse en el poder.

Nueve años después de que una coalición internacional con el visto bueno de la ONU invadiese Afganistán en respuesta a los atentados del 11S, los talibanes han recuperado el control en muchas partes del país. Hay más tropas internacionales que nunca, pero la violencia ha resurgido y el gobierno afgano, lastrado por la corrupción, necesita apoyo exterior para mantenerse en el poder.

Según un informe que acaba de publicar Amnistía Internacional, miles de personas permanecen recluidas en las cárceles irakíes, esperando un juicio que puede tardar meses, o incluso años, en llegar. Muchas de ellas son detenidas de forma arbitraria, sin cargos, y son enviadas a cárceles secretas donde son torturadas y donde con frecuencia encuentran la muerte. Una portavoz de esta ONG pro derechos humanos nos cuenta las conclusiones de este informe y sus principales demandas al Gobierno irakí y a las tropas lideradas por Estados Unidos.