Bruce Springsteen ha demostrado esta noche en Madrid que, incluso cuando todo pinta muy oscuro casi negro, la suya es una voz poderosa y curtida, capaz de sobreponerse con música y energía a las inclemencias para levantar el ánimo y reivindicar el legado de quienes nos precedieron con dignidad en los malos tiempos.
En esa línea ha discurrido su dedicatoria de "The River" a Nacho, un joven adolescente que falleció de un tumor cerebral antes de poder acudir a este concierto, para el que tenía compradas las entradas. Sus amigos impulsaron una multitudinaria campaña en Twitter para conseguir este gesto del artista.