Sonaban las trompetas poco antes de que diesen las doce, hora peninsular, y el rey Carlos y Camila entraban en la abadía de Westminster con los 2200 invitados en pie. Todos los asistentes, representando los cuatro puntos cardinales, han reconocido entonces a Carlos III como monarca al grito de 'God save the king'
Momento en que Camila recibe por parte del Arzobispo de Canterbury, Justin Welby, la corona de la reina María, esposa del Rey Jorge V, en la ceremonia de coronación en la abadía de Westminster.
FOTO: El Arzobispo de Canterbury, Justin Welby, corona a Camila (Yui Mok/Pool vía REUTERS)
El arzobispo de Canterbury ha ceñido la corona de San Eduardo sobre la sienes de Carlos III de Reino Unido, el acto central de la ceremonia de coronación en la abadía de Westminster (FOTO: AFP)
Momento en el que Carlos III jura ante la biblia y el Arzobispo de Canterbury, Justin Welby, realiza su juramento, comprometiéndose a respetar la ley y administrar la justicia con misericordia. Ha defendido la iglesia anglicana, prometiendo que solo un protestante llevará la corona, pero ha añadido por primera vez su compromiso defender otras religiones y creencias de Reino Unido.
Foto: Momento del juramento de Carlos III ante el Arzobispo de Canterbury, Justin Welby. (Jonathan Brady/Pool via REUTERS)
Ninguna otra monarquía europea tiene una ceremonia parecida a la coronación que protagonizará Carlos III de Inglaterra el sábado, probablemente por innecesaria. No tiene obligatoriedad constitucional, ni consecuencias legales, su importancia radica en su carácter simbólico. Además, será también una oportunidad para ver a todos los miembros de la familia real británica juntos, también a los más polémicos, el príncipe Harry y el príncipe Andrés.
El Gobierno británico hace encuestas frecuentes para comprobar la adhesión de la población a la monarquía. Pero a veces basta con dar un paseo para hacer una idea de lo que piensan en un barrio. En las calles de Brixton los monárquicos son minoría. "Mucha gente joven está desconectada de la monarquía", dice Heyla, de 19 años. Mientras, en Escocia, tres de cada cuatro personas piensan que la monarquía es cosa de los ingleses.
"Aquí, en Londres, la creencia generalizada es que aportan más de lo que gastan, y por eso son útiles, pero yo como escocés lo que creo es que están ahí porque los ingleses se aferran a lo poco que queda del Imperio que un día gobernaron", dice David.