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Brasil, Rusia, China, India y Sudáfrica mantienen su XV cumbre en Johannesburgo con el debate de ampliar su club de economías emergentes a más países. Los BRICS tratan de ejercer como contrapeso a Occidente, sin el presidente ruso presente en la cita por temor a ser arrestado por crímenes de guerra en Ucrania, tal y como dicta la orden de detención de la Corte Penal Internacional de la que Sudáfrica es parte.

En China, las inundaciones por el potente tifón Doksuri que ha recorrido el país de sur a norte han dejado este sábado diez fallecidos en la provincia de Hebei, cerca de Pekín. Han evacuado a casi un millón y medio de personas. El tifón ha destruido unos 300 puentes y más de 500 kilómetros de carreteras rurales. Algunos sectores de la población han criticado que el presidente Xi Jinping no haya visitado ninguna zona afectada.

Foto: Yan Linyun/Xinhua

Yeda se convierte en el escenario de los primeros pasos hacia un entendimiento sobre la guerra en Ucrania. Por primera vez parece que se sentarán en la mesa representantes de Estados Unidos, países europeos y otras potencias como Brasil e India. En total, unos 30 países. El objetivo: buscar una solución política para la crisis en Ucrania.

A las potencias mundiales que viajan hasta Yeda, se suma China, que ha confirmado que estará presente en este encuentro. Una pieza clave dada sus buenas relaciones con Rusia. Numerosas voces internacionales le han pedido que use su influencia sobre Moscú para poner fin al conflicto. Desde el estallido de la guerra, China, se opone a las sanciones contra Moscú, y reitera la importancia del respeto a la integridad territorial de los países, incluido Ucrania, y a las "legítimas preocupaciones de seguridad de todas las partes", en referencia a Rusia.

El encuentro contará con la participación de asesores de jefes de Gobierno y de representantes de Ministerio de Exteriores para allanar el camino hacia una cumbre de líderes que Kiev aspira a organizar este otoño. Una idea que se basa en la Fórmula de Paz del presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski.

El tifón Doksuri ha dejado al menos dos fallecidos y más de 100.000 evacuados a su paso por el norte de China, que está en alerta máxima por las tormentas más intensas de la última década.

En China central, los bomberos han tenido que rescatar a los vecinos del lodo con palas excavadoras, además de con barcas.

En el distrito de Mentougou, en el oeste de Pekín, han caído unos 600 litros por metro cuadrado y hay, al menos, dos víctimas. Aquí confluyen los torrentes que bajan de las montañas. Cientos de vuelos han sido cancelados. No se puede aterrizar en la capital.

En Pekín, la lluvia acumulada desde el sábado ya supera a la que hace once años causó 79 muertos. Aquí, en la capital, ya han evacuado a más de 30.000 personas.

FOTO: AP Photo/Andy Wong

Las autoridades y los residentes del norte de China se encuentran en alerta máxima debido a las lluvias y tormentas más intensas de la última década en la región, que han dejado al menos dos muertos y más de 100.000 personas evacuadas.

Los remanentes del tifón Doksuri, que tocó tierra el viernes por la mañana en la costa de la ciudad de Jinjiang, en la provincia suroriental de Fujian, avanza por el centro y norte del país, según ha informado la agencia estatal de noticias Xinhua.

El árido paisaje de Mongolia Interior está salpicado de fábricas, pero hay una industria que ha convertido esta vasta región en el mayor centro productor del mundo. Lo llaman "el oro suave" o el diamante de los tejidos: es el cachemir. Los recursos son limitados, porquelas cabras no pueden agotar los pastos, por lo que no se pueden criar muchas. Además, no todos los lugares son aptos para criarlas, por lo que el cachemir es un recurso particularmente escaso, explica Gao Liz-hong, directora adjunta de la división de Cachemir del Grupo Erdos. Su escasez lo convierte en un tejido exclusivo y caro. Para tejer uno de estos suéters de cachemir, se necesita el pelo de cuatro o cinco cabras criadas en la estepa.