Cuatro países latinoamericanos, Costa Rica, Panamá, Ecuador y Colombia se han unido para proteger las especies marinas del Océano Pacífico. Para ello han acordado crear un corredor libre de pesca llamado “Carretera de Nemo”.
Una “migravía” submarina que será lugar de paso de decenas de especies, muchas de ellas protegidas, como las rayas o las tortugas marinas. Esta zona ecológica es uno de los corredores marinos más biodiversos del mundo. Fue acordada por los líderes de los cuatro países en la cumbre del clima de Glasgow en 2021 y está previsto que una las islas del Coco (Costa Rica), las islas Galápagos (Ecuador), Malpelo (Colombia) y Coiba (Panamá).
Una meta a largo plazo que va viendo la luz. Esta ruta migratoria contribuirá a proteger varias especies que se encuentran en peligro de extinción y marcará un antes y un después en la conservación de nuestros océanos.