Miles de personas, entre insurgentes y civiles, han abandonado en autobuses los distritos asediados en dirección a zonas bajo el control de los rebeldes en el oeste y el sur de la provincia de Alepo. El acuerdo ha sido posible al simultanear la salida también de 500 chiíes de las localidades de Fua y Kefraya.
Los primeros civiles y combatientes que permanecían atrincherados en los distritos que controlaban los rebeldes sirios en Alepo han salido de la ciudad en varios convoyes de autobuses y ambulancias, que han atravesado el corredor humanitario protegidos por el alto el fuego que entró en vigor a primera hora de este jueves, si bien se han registrado algunas escaramuzas a lo largo de la jornada. La salida de enfermos, heridos, civiles y combatientes, que continuará mientras se mantenga el alto el fuego, es la ratificación de la derrota de la oposición, al tiempo que el régimen celebra la "liberación" de Alepo, tal como lo ha calificado el presidente Bachar al Asad.
La ciudad vuelve a ser escenario de combates entre las tropas gubernamentales y los rebeldes, pese al anuncio de un acuerdo para que la oposición evacuase los barrios que aún controla. Los enfrentamientos se concentran en esos últimos reductos que todavía permanecen bajo control de los opositores.
Las cifras del conflcito son devastadoras: más de 450.000 muertos, incontables heridos y once millones de desplazados. Un país destruido en una guerra que ha desbordado sus fronteras y que no tiene final a la vista, aunque la caída de Alepo da ventaja al régimen de Damasco.
La organización ha querido recrear el horror que sufren decenas de centros médicos en diferentes conflictos armados con una proyección sobre la fachada del centro y ante la mirada de unas 200 personas que se han congregado para vislumbrar, siquiera por unos momentos, la cruda realidad de la guerra.
Se celebra el 75 aniversario de Pearl Harbour y sus consecuencias. El ataque de la aviación japonesa sobre la flota estadounidense del Pacífico se convirtió enseguida en material cinematográfico y ha generado una media docena de títulos.
El Ejército sirio sigue avanzando sobre las áreas bajo control rebelde y los combates se recrudecen en el este de la ciudad, completamente derruida tras más de cinco años de guerra.
En países como Haití, Sudán del Sur o Yemen, cada día es una lucha por la supervivencia, pero especialmente para los más pequeños. Hay países como Haití en los que las situaciones de emergencia caen rápidamente en el olvido, aún cuando la situación siga siendo catastrófica. Esto deja las infancias sumidas en una precariedad difícil de solucionar. En otros lugares, como Yemen, la guerra no solo amenaza sus vidas directamente, sino que les priva de las mínimas condiciones de vida e imposibilita cualquier intento de reconstrucción, social o sanitaria. Los niños de Sudan del sur sufren desnutrición aguda y los tratamientos para salvar a menores llegan a cuenta gotas por el boicot de ambos bandos del conflicto a la ayuda humanitaria. Por eso las ONGs afirman que lo que ocurre en este país es una guerra directa contra infancia.
Los ataques aéreos han vuelto a ensañarse este miércoles con la ciudad siria de Alepo, en la que al menos 46 personas han muerto y otras 106 han resultado heridas por los bombardeos y disparos de artillería en los barrios del este, donde los rebeldes resisten el asedio de la fuerzas gubernamentales.
En medio del horror de la batalla de Mosul, donde las fuerzas de Irak combaten para expulsar a los yihadistas del Estado Islámico, un soldado iraquí ha recuperado la esperanza al reencontrar a su madre, a la que hacía dos años que no veía, entre los civiles que huyen de la ciudad.