Las distracciones al volante causaron más muertes en las carreteras el año pasado que la velocidad y el alcohol. Uno de cada 3 conductores reconoce haber hablado por el móvil mientras conducía. La DGT quiere acabar con este tipo de prácticas y cuenta con la ayuda de personas que sufren lesiones medulares por accidentes de tráfico en la campaña "No corras, no bebas... No cambies de ruedas".
Este verano han muerto en las carreteras 259 personas, 34 más que el año pasado. Es la cifra más alta desde 2012. Casi el 80% de los accidentes han ocurrido en carreteras convencionales.
El verano acaba con 259 muertos en las carreteras en julio y agosto, 34 más que en las vacaciones del año pasado, lo que supone un aumento del 15%.
En total se produjeron 236 accidentes mortales. En julio perdieron la vida 127 personas, seis más que en el mismo mes del anterior año y en agosto 132, 28 más que el ejercicio pasado.
Son las principales cifras del balance provisional de la siniestralidad en las vías interurbanas con datos referidos a las primeras 24 horas desde que se produce el accidente y que ha desglosado el director general de la DGT, Pere Navarro.
Navarro ha señalado la velocidad en carreteras convencionales como principal causa y ha restado importancia a factores como el estado de las carreteras o del parque de vehículos.
La DGT ha reforzado la vigilancia y las medidas preventivas con motivo del cambio de quincena y ante la celebración de fiestas patronales en numerosos municipios, aunque espera que haya aún más desplazamientos el próximo fin de semana (del 17 al 19 de agosto), cuando se prevén 4,6 millones de viajes por carretera.
La Dirección General de Tráfico ha multado en los últimos días a más de 3.000 conductores de furgonetas, de los que 136 iban bebidos o drogados, cerca de 600 excedían el límite de velocidad, más de 630 no habían pasado la ITV y 320 pasajeros iban sin cinturón. Además, los agentes han inmovilizado a unas 100 furgonetas por no cumplir las condiciones mínimas para ir por las carreteras.
El fiscal de seguridad vial ha pedido a la Guardia Civil y a las diferentes policías que investiguen si justo antes de sufrir un accidente, se han enviado o recibido mensajes o llamadas. Si se demuestra que iban usando el móvil, podrían ser acusados de un delito por imprudencia grave. La pena puede llegar a cuatro años de cárcel.
