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La ministra de Asuntos Exteriores y Cooperación, Trinidad Jiménez, ha defendido este jueves la reacción de la comunidad internacional ante el conflicto en Egipto y ha asegurado que "intervenir antes habría supuesto una injerencia". "La reflexión intelectual o periodística de por qué no se intervino antes es muy sana, pero la comunidad internacional tiene la obligación de trabajar desde un punto de equilibrio", ha explicado Jiménez.

En una entrevista en Los desayunos de TVE, la titular de Exteriores ha añadido que "la intervención siempre está mal vista" y que la comunidad internacional "no puede entrar en cualquier país en cualquier momento", sino que tiene que esperar a que se produzcan una serie de manifestaciones o demandas sociales o políticas, como lleva ocurriendo en Egipto desde hace dos semanas.

"Hay que dejar que cada país conduzca sus procesos como mejor le convenga. La comunidad internacional está donde puede estar, porque intervenir sin que haya algún tipo de movimiento que favorezca los cambios sería una injerencia inaceptable", ha matizado Jiménez.

16 millones de egipcios, uno de cada cinco, viven por debajo del umbral de la pobreza, según Amnistía Internacional, hacinados en barriadas y privados de derechos sociales y económicos.

Mubarak sigue en el poder pero los tornillos del régimen se van aflojando poco a poco. El Gobierno ha empezado a poner en libertad a algunos de los detenidos en los primeros días de las revueltas.

De lo que está pasando en Egipto y de los cambios políticos en el mundo árabe hemos hablado con Amr Musa, quizás el hombre que tiene una visión más completa de la región. Es el secretario general de la Liga árabe, la organización que agrupa a 22 estados.