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La presidenta de Georgia, Salomé Zurabishvili, la cara más visible de la oposición, no reconoce los resultados electorales que dan mayoría absoluta al oficialista Sueño Georgiano. Asegura que sería lo mismo que reconocer la subordinación de Georgia a Moscú. Ha convocado una manifestación para este lunes.

Sueño Georgiano, cuyo líder es un magnate que hizo su fortuna en Rusia, defiende la limpieza de los comicios y dice que la oposición no tiene suficiente dignidad para reconocer su derrota.

Los observadores de la OSCE sostienen que las elecciones en general han estado bien organizadas, pero han denunciado irregularidades, como presión e intimidación a votantes o casos de doble voto.

El enfado de la oposición es tal que en al menos una de las coaliciones electorales han decidido no tomar posesión de sus escaños. Desde Sueño Georgiano responden que si ningún candidato opositor está en este parlamento ellos trabajarán mejor.

Foto: Georgian Presidential Press Service / AFP

Tanto la oposición como el actual partido de Gobierno se han proclamado ganadores de las elecciones parlamentarias en base a sondeos a pie de urna destacando cada uno el que le era más favorable. Con datos ya oficiales pero preliminares de la Comisión Electoral, Sueño Georgiano tendría la mayoría, en torno a un 53% de los votos, por lo que podría gobernar en solitario un cuarto mandato. Sueño Georgiano ha hecho campaña a favor de entrar en la UE, pero en los últimos tiempos ha aprobado leyes que tanto la oposición como Bruselas consideran autoritarias y contrarias a los valores europeos.

Foto: Bidzina Ivanishvili, fundador del partido Sueño Georgiano (Giorgi ARJEVANIDZE/AFP)

Los resultados de las elecciones en Austria, con la victoria del Partido de la libertad, el FPÖ, dejan un escenario político incierto. La extrema derecha ha obtenido una victoria histórica, pero su líder, anti-europeo, pro-ruso y con un discurso radical contra la inmigración, no lo tendrá fácil para gobernar. Ni siquiera el PP austríaco, segundo a tres puntos y que ha tolerado a la ultraderecha en varios gobiernos se lo va a permitir. Le vetan por radical y extremo, fue unas de sus banderas en campaña.

Foto: AP Photo/Heinz-Peter Bader

Este domingo hay elecciones generales en Austria, donde la ultraderecha está más normalizada que en otros países europeos. Pero ahora podría dar un paso más y ser el partido con más apoyo. Ya en su momento, el partido de ultraderecha formó parte del Gobierno, pero ahora la situación es distinta. El Partido de la Libertad (FPO) podría ser el más votado y reclamar la cancillería. Por eso, en su cierre de campaña, el candidato del Partido Popular austríaco ha cerrado la campaña dejando claro que no es posible formar un gobierno responsable con el líder de la FPO, Herbert Kickl.Como en casi toda Europa, la migración da votos a los ultras, pero aquí en Austria el foco apunta también a la economía. Es lo que más ha penalizado a la coalición entre conservadores y los Verdes que gobiernan ahora.

El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, asume que las autoridades electorales de Venezuela no presentarán las actas oficiales que puedan acreditar el triunfo de Nicolás Maduro en los comicios presidenciales de hace un mes, por lo que ha defendido que la Unión Europea estudie "herramientas" para propiciar un diálogo interno entre Caracas y oposición. 

"Ya hemos dado un tiempo más que razonable para que se entreguen las actas y vemos que esto no se va a cumplir", ha afirmado el titular de Exteriores de España a su llegada al encuentro con los homólogos europeos en el marco de la cita informal en Bruselas. Albares ha indicado que hay que "rendirse a la evidencia" de que las actas electorales no se van a conocer y es por ello que la UE tiene que actuar en consecuencia. "No hay voluntad de presentarlas y, por lo tanto, ni de verificarlas. Tenemos que analizar entre los 27 cuáles son las herramientas que nosotros tenemos para que avance esa voluntad", ha señalado.

El cierre de los Juegos Olímpicos supone el fin también de la pausa para formar un nuevo Gobierno en Francia. La carrera de obstáculos política ha comenzado con una primera ronda de consultas en la que el presidente francés, Emmanuel Macron, ha descartado nombrar un primer ministro del Nuevo Frente Popular, la coalición de izquierdas que ganó las elecciones, aunque sin mayoría absoluta. Este martes ha abierto una segunda ronda en la que ha excluido a La Francia Insumisa, que forma parte de dicha coalición. Macron justifica su decisión en la estabilidad, ya que no quiere un gobierno que caiga automáticamente con una moción de censura, y los partidos de centro-derecha apoyan su decisión.

La decisión no ha gustado a la izquierda que se ha negado a acudir al Elíseo. Por su parte, el líder de La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, ha convocado manifestaciones y no descarta una moción para intentar destituir al presidente francés.