Un debate agrio, con múltiples interrupciones y acusaciones que han rozado el insulto. Es lo que han ofrecido este miércoles los dos candidatos a la presidencia de Francia, el socioliberal Emmanuel Macron y la ultraderechista Marine le Pen, en el único cara a cara entre ambos antes de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, en el que ninguno de los dos ha querido ceder un milímetro ante su rival, lo que ha derivado en un intercambio tenso y desabrido que solo hacia el final ha moderado el tono.
Macron, por su parte, ha parecido querer desmentir la fama de tierno que le ha acompañado desde el inicio de la carrera electoral y ha respondido a la agresividad de Le Pen con graves reproches, tratando de dejar clara su filiación ultraderechista. Para empezar, le ha espetado que su estrategia consiste en "decir muchas mentiras", ha reiterado que su rival decía "tonterías" y ha acabado por reprocharle que sea "la auténtica heredera de un apellido, de un partido, de un sistema que prospera en la amargura de los franceses".
De hecho, en uno de los momentos más tensos del debate, mientras se discutían los asuntos de seguridad y lucha contra el terrorismo, Macron ha acusado a Le Pen de "llevar la guerra civil al país". Por su parte, la candidata ultraderechista ha tildado a Macron de ser "complaciente" con el fundamentalismo islamista. Le Pen ha afirmado que Macron recibe el apoyo de asociaciones islámicas y que tiene apoyo de Arabia Saudí y Catar. "Usted tiene relaciones con gente próxima a quienes cometen atentados", ha dicho Le Pen antes de señalar que esas asociaciones islámicas atacan a los homosexuales y a los judíos.
A cuatro días para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales francesas, Emmanuel Macron mantiene su ventaja en las encuestas sobre Marine Le Pen. El debate televisado de esta noche entre ambos, el único que habrá durante la campaña, puede ser decisivo ante los comicios del domingo.
A pocos días de la vuelta final que decida el nombre del nuevo presidente francés, los finalistas Macron y Le Pen afinan su discurso de cara al último debate televisado, que se celebra este miércoles. El país se debate en la duda, las llamadas a la abstención de los desencantados y los insumisos de Mélenchon, la apelación al voto contra la ultraderechista Le Pen y a favor de Macron que han hecho las fuerzas moderadas de izquierda y conservadores, y una campaña que ha bajado a la calle, a alinearse con el enfado de una capa de votantes que puede ser decisiva, la de los trabajadores y la clase media frustrada por la crisis de la UE, la presión migratoria y la sensación de fracaso.
A cinco días para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales francesas, la mayoría de los militantes de la Francia Insumisa, el movimiento de Jean Luc Melanchon, proponen voto en blanco o abstención antes que apoyar al centrista Emmanuel Macron, rival de la ultraderechista Marine Le Pen.
Faltan pocos días para el voto y los dos candidatos han recrudecido sus ataques. Miles de seguidores les han jaleado en un envite que, según las encuestas, está aproximando a Marine le Pen al Elíseo. Consciente de las numerosas fracturas del llamado Frente Republicano, Enmanuel Macron ha declarado su respeto por los que le votarán, sin compartir su proyecto, sólo para frenar a Le Pen. El 7 de mayo, dice, defenderá más que un proyecto político, combatiré por la Republica y por la democracia libre. A las afueras de Paris, Marine le Pen arengaba a sus votantes contra Macron, al que considera el heredero de Hollande y el adversario del pueblo. Con Macron, ha dicho Le Pen, aumentará la inseguridad y el terrorismo islamista, será una plaga.
El debate político ha impregnado la marcha sindical del primero de mayo. En una de las manifestaciones de Paris 150 encapuchados se situaron en cabeza con pancartas de rechazo a los dos candidatos. Y lanzaron cócteles molotov que la policía repelió con gases lacrimógenos. varios agentes han resultado heridos, uno de ellos grave. Enmanuel Macron ha rendido homenaje a los policías durante su discurso. Le Pen, que ya había terminado el suyo, ha dicho que Twitter, que no quiere ver más en las calles ese desmadre y ese laxismo.
El ‘Frexit’, la eventual salida de Francia de la Unión Europea, parece una hipótesis lejana e improbable, salvo a los 7,6 millones de franceses que el día 23 de mayo votaron al Frente Nacional (FN) de Le Pen en primera vuelta de las presidenciales. El dato es “aterrador”, confesó el día 24 el comisario europeo de Economía, Pierre Moscovici, tanto por el volumen como por la legítima representatividad del apoyo a esa opción.
La mención del ‘Frexit’ produce este vértigo, pero en las conciencias ha permanecido lejano y difícil, como una fantasía deseada por unos e ignorada por otros. Sin embargo, a una semana de la ronda final que decidirá la presidencia, los dos candidatos finalistas han empezado a matizar en sus discursos referencias a que Francia se vaya de Europa (suena casi como un oxímoron) y se han posicionado con estrategias prácticas, Le Pen también, más allá de las aspiraciones o del rechazo.
Este domingo, la ultraderechista líder del FN atenuó su radical rechazo a Bruselas y, aunque considera al euro “muerto”, propuso su cohabitación con la moneda francesa para que “las grandes empresas comercien internacionalmente”, dijo en una entrevista en Le Parisien.
Por otro lado, el otro finalista al Elíseo, el socioliberal Enmanuel Macron, ha señalado al ‘Frexit’ como un elemento real, algo que podría suceder por la propia deriva de la UE, con independencia de un triunfo del Frente Nacional. Lo ha hecho en una entrevista a la BBC difundida este lunes, en la que advierte de este peligro si la Unión Europea “no se reforma”.
Emmanuel Macron trata de recuperar la ventaja que le daban las encuestas cuando ganó en un homenaje a las víctimas del Holocausto, mientras que Marine Le Pen intenta explicar algunos de los puntos más controvertidos de su programa.
Macron fue abucheado en una fábrica de Whirpool en Amiens el pasado miércoles, pero el jueves fue cálidamente recibido en un barrio de la periferia de París. Las barriadas de la inmigración y el paro votaron al izquierdista Jean Luc Mélenchon en la primera vuelta.
Macron se presenta como el único capaz de unir una Francia dividida entre progresistas, como él, o nacionalistas, como Le Pen.
La candidata del Frente Nacional asegura que los comicios son una elección a favor o en contra de Francia.
Un 20% de electores no votará a ninguno de los dos. Este jueves, una manifestación de estudiantes en contra de ambos candidatos terminó en incidentes con la Policía.
A diez días para la segunda vuelta, la tensión sigue subiendo en la campaña electoral francesa. Los candidatos han decidido bajar al cuerpo a cuerpo y este miércoles protagonizaron un duelo inédito en una fábrica que amenaza con cerrar y trasladarse a Polonia.
La ultraderechista Marine Le Pen ha dado este miércoles un golpe de efecto en la campaña electoral en Francia al visitar por sorpresa a los obreros que hacen huelga junto a una fábrica de Whirlpool en Amiens, la ciudad natal de Emmanuel Macron, mientras éste se hallaba reunido con los representantes sindicales de la empresas en la Cámara de Comercio.