Continúa el goteo de embarcaciones a la isla de El Hierro. Los migrantes llegan exhaustos, deshidratados, con hipotermia y el cuerpo entumecido después de una larga travesía. La mayoría proceden de Gambia y Senegal. El muelle de La Restinga pasa de la calma a la actividad frenética en segundos cuando se detecta una llegada. Cruz Roja ha tenido que reforzar su operativo con voluntarios de otras islas para poder atender a todos.
Entre ellos está Sana, un joven de Guinea-Bissau que llegó hace dos años en cayuco y ha decidido quedarse a vivir en la isla, donde trabaja en el campo. "Hay veces que veo a un compañero que conocí en Senegal", afirma. Ayuda a traducir y a guiar a los recién llegados. Sabe muy bien lo duro que es, por lo que trata de ayudar en todo lo que puede.
Informa Minerva Oso, enviada especial a El Hierro.
