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Al cumplirse ocho años del inicio de la guerra en Siria, los países europeos afrontan el regreso de cientos de combatientes del Daesh que se han rendido cuando parece estar próximo el fin del autoproclamado califato terrorista. Uno de ellos, encarcelado en Siria, Hisham al Arabi Maluk, conocido como Abu Marian al Magrib, asegura que no se arrepiente de haber pertenecido a las filas del grupo yihadista. "No me arrepiento, porque no hay nada de lo que arrepentirme", ha asegurado en un testimonio en exclusiva a RNE.

Los combatientes del autodenominadoEstado Islámico se encuentran arrinconados en Baghouz, su último reducto en Siria. Mientras, el campo de desplazados de Al Hol, al noroeste del país es un mar de tiendas de campaña que acoge actualmente más de 66.000 personas en estos momentos. Solo en los últimos meses han llegado a este lugar unas 55.000 personas tras la última ofensiva contra el autodenominado Estado Islámico.

Cristina Sánchez es la enviada especial de RNE en Siria.

La ONG Human Rights Watch denuncia que más de 1.500 menores están encarcelados en Irak por supuestas acusaciones de pertenencia al autoproclamado Estado Islámico. Según la ONG, la mayoría de los niños fueron sometidos a juicios de cinco minutos, y muchos están presos simplemente por ser hijos de combatientes en el grupo yihadista, que lucha estos días por proteger Al Baghouz, su último reducto habitado en Siria.

El grupo terrorista Estado Islámico elabora su propaganda mucho más que Al Qaeda, según los expertos en ciberinteligencia terrorista. El EI prefiere mensajes cortos y llamativos que se difunden en Telegram, y se decanta por el castellano cada vez más para "poder llegar a un target: jóvenes de segundas y terceras generaciones en España que saben hablar árabe pero no leerlo correctamente", explica Carlos Seisdedos, responsable de Ciberinteligencia de Security Auditors.

Las milicias kurdas luchan desde el pasado viernes por el control de Al Baghouz, el último reducto habitado controlado por el Estado Islámico en SiriaEn ocho años de guerra, Damasco ha arrebatado el control de dos terceras partes del territorio al grupo yihadista, pero todavía quedan combatientes en distintas zonas del país. Uno de los territorios más conflictivo es Idlib, en la frontera con Turquía, donde el miedo a una nueva crisis de refugiados ha frenado la escalada de tensión de las últimas semanas. 


Y en Siria, las fuerzas kurdas siguen sitiando Baghuz, en el este del país, el último reducto del autodenominado Estado Islámico. En las últimas horas han ralentizado su avance para permitir la evacuación de miles de personas.

El éxodo continúa en Siria estos días durante la batalla final de la coalición liderada por Estados Unidos contra el autoproclamado Estado Islámico. Más de 10.000 personas han abandonado sus casas en las últimas semanas, 40.000 en los últimos meses, por la falta de alimentos, agua y los continuos bombardeos.

En 2015, la joven bitánica Shamima Begum se marchó a Siria junto a dos amigas para unirse al Estado Islámico. 4 años después, el periódico "The Times" la acaba de localizar en un campo de refugiados y ha hablado con ella. Dice que no se arrepiente pero pide volver a su país. Está embarazada y quiere dar a luz en Reino Unido después de que sus otros dos hijos hayan muerto en los últimos tres meses.

Las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), una alianza armada liderada por kurdos, aseguraron este domingo que han arrebatado 41 posiciones del Estado Islámico (EI) desde que lanzaron el sábado la ofensiva final contra el último reducto del grupo yihadista en el este de Siria. Siria lleva ocho años en guerra en los que el Estado Islámico llegó a controlar la mitad del país y un tercio de Irak.