El Congreso de Estados Unidos retorna al trabajo con una agenda que incluye un posible ataque militar a Siria.
El Senado probablemente fijará la fecha de una votación acerca de una resolución aprobada ya la semana pasada por su Comité de Relaciones Exteriores y que autorizaría al presidente del país, Barack Obama, a un uso "limitado y específico" de la fuerza militar en Siria.
El secretario de Estado de EEUU, John Kerry, ha reiterado este lunes que su país no "quiere ir a la guerra" en Siria y que una intervención militar sería "limitada" y "muy corta". "No estamos hablando de guerra. No vamos a ir a la guerra", ha puntualizado.
En una rueda de prensa en Londres tras reunirse con el ministro británico de Exteriores, William Hague, Kerry ha dejado claro que EEUU no está hablando de ir a la guerra con el envío de tropas, sino de efectuar una acción limitada para que el presidente sirio, Bachar al Asad, "rinda cuentas" por el supuesto uso de armas químicas contra su propia población.
En su opinión, si no hay una intervención en Siria, el régimen sirio puede volver a utilizar armas químicas, cuyo uso el pasado 21 de agosto está siendo investigado aún por la ONU.
Kerry ha asegurado que su determinación de atacar está basada en "pruebas" y que el riesgo de no hacer nada es mayor que el riesgo de actuar.
El Congreso y el Senado tienen dos semanas para decidir si apoyan o no a Barack Obama en su intención de atacar a Siria por el supuesto ataque con armas químicas. Pero la opinión pública de EE.UU. está mayoritariamente en contra.
La primera jornada de la cumbre del G20 celebrada en San Petersburgo, Rusia, ha finalizado con tensiones sin resolver por las diferencias respecto a la posible intervención militar internacional en Siria como respuesta a la supuesta utilización de armas químicas que EE.UU. atribuye al régimen de Bachar Al Asad.
Aunque el conflicto sirio no figuraba incialmente en la agenda del encuentro, los veinte mandatarios han conversado al respecto durante la cena, tal y como ha propuesto el anfitrión, el presidente ruso Vladimir Putin. El Primer Ministro británico, David Cameron, ha anunciado que Londres posee nuevas pruebas del uso de armas químicas en Siria.
Por otro lado, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y su homólogo ruso, Vladimir Putin, han acudido al encuentro con el objetivo de recabar apoyos internacionales a favor y en contra, respectivamente, de la posible intervención.
La primera jornada de la cumbre del G20 celebrada en San Petersburgo, Rusia, ha finalizado con tensiones sin resolver por las diferencias respecto a la posible intervención militar internacional en Siria como respuesta a la supuesta utilización de armas químicas que EE.UU. atribuye al régimen de Bachar Al Asad.
Aunque el conflicto sirio no figuraba incialmente en la agenda del encuentro, los veinte mandatarios han conversado al respecto durante la cena, tal y como ha propuesto el anfitrión, el presidente ruso Vladimir Putin. El Primer Ministro británico, David Cameron, ha anunciado que Londres posee nuevas pruebas del uso de armas químicas en Siria.
Por otro lado, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y su homólogo ruso, Vladimir Putin, han acudido al encuentro con el objetivo de recabar apoyos internacionales a favor y en contra, respectivamente, de la posible intervención.
El Comité de Relaciones Exteriores del Senado de EE.UU. ha aprobado una resolución que autoriza un ataque militar contra Siria por el uso de armas químicas contra civiles en un ataque que Washington atribuye al régimen de Damasco.
Con 10 votos a favor y 7 en contra, el Comité ha aprobado una medida bipartidista que limita un ataque militar a un plazo de 60 días, lo que representa una importante victoria política para el presidente Barack Obama en su búsqueda de apoyo contra el Gobierno de Damasco. Durante la votación solo ha habido un voto de "presente", equivalente a una abstención.
El pleno del Senado someterá la medida a votación la próxima semana, y quedará todavía pendiente un voto en la Cámara de Representantes.
El presidente de EE.UU., Barack Obama, ha dicho que no repetirá los "errores" de Irak tras reiterar su certeza de que el régimen de Bachar al Asad fue responsable del ataque con armas químicas en Siria, y ha pedido al mundo que no guarde "silencio" ante esta crisis.