Los republicanos ha logrado in extremis mantener vivo en el Congreso el proceso legislativo para derogar y, eventualmente, sustituir la reforma sanitaria del expresidente Barack Obama, al aprobar el Senado abrir el debate al respecto, si bien no existe todavía un proyecto de ley concreto para avanzar en la tramitación.
De hecho, ha sido necesario el voto del vicepresidente Mike Pence, que ejerce como presidente de la Cámara Alta, para deshacer el empate a 50 votos entre republicanos y demócratas, ya que las senadoras conservadoras Susan Collins y Lisa Murkowski han votado en contra de la moción. Otra media docena de senadores republicanos han dudado sobre su voto hasta el último momento, ya que se han mostrado en contra de todas las alternativas legislativas presentadas en estos meses.
Hasta ahora, los republicanos no han conseguido ponerse de acuerdo en el Senado sobre cómo tumbar el denominado Obamacare, por lo que, ante las presiones del presidente Donald Trump, el líder de la mayoría, Paul Ryan, convocó esta votación para iniciar el debate, sin un texto concreto, algo que normalmente no suele tener ningún peso ni dificultad para prosperar.
En cualquier caso, la aprobación de esta moción era clave para que la derogación del Obamacare, una de las principales promesas electorales de Trump, no cayera en vía muerta. Prueba de su relevancia ha sido la presencia en el Capitolio del senador republicano John McCain, de 80 años y a quien hace solo una semana se le diagnosticó un cáncer cerebral, por lo que ha sido recibido con aplausos en la cámara.