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La suya fue la historia de una obsesión que se preocupó en disimular: matar en nombre de Alá. El minuto de silencio en todas las comisarías de Francia ha pesado como la peor de las impotencias. Mientras los investigadores buscan posibles cómplices de Larossi Abballa. Indicios hubo en 2011. Arrestado por participar en una red yihadista, decía en uno de sus mensajes: "tengo sed de sangre, pongo a Alá por testigo". Hablaba de limpiar infieles y tenía propaganda yihadista y una lista de potenciales objetivos. Junto a otros detenidos, frecuentaba parques, degollaba conejos y se entrenaba física y religiosamente. Pero el perfil limitado e influenciable que Abballa mostró en el juicio, rebajó la alerta. Cumplida la pena de 3 años, abrió un negocio de comida a domicilio. Era, dicen los vecinos, un chico normal. En Febrero pasado su nombre apareció en otra investigación sobre redes yihadistas. Y su teléfono fue intervenido. No hubo conversación sospechosa. Lo que sucedió hasta la noche del lunes, lo contó él mismo en Facebook, tras asesinar al comisario y su pareja: tres semanas antes había jurado lealtad al jefe del estado islámico. El Gobierno dice que sólo se pueden juzgar hechos, no intenciones, y que ese salto es muy difícil de detectar a tiempo.

En Londres, una flotilla de más de medio centenar de embarcaciones ha surcado este miércoles el Támesis, hasta el Parlamento. El ministro de Economía de Reino Unido ya ha advertido a sus compatriotas de que se el país sale de la UE, habrá que apretarse y mucho el cinturón. Los euroescépticos le acusan de querer meter miedo, ante el avance del sí en las encuestas. Mientras, las instituciones europeas tratan de coordinar su estrategia ante una eventual victoria del sí en el referéndum del día 23. Hablamos con Gonzalo Gómez Bengoechea, profesor del departamento de Economía de la Universidad Pintifica Comillas ICAI-ICADE.

Dos policías franceses, un hombre y una mujer que eran pareja y padres de un niño, han muerto este lunes en Francia en un nuevo ataque yihadista perpetrado por un ciudadano francés que ya había sido condenado por participar en una red terrorista y que fue finalmente abatido por los cuerpos de élite en la vivienda de los agentes asesinados, donde se había atrincherado.

El atacante, identificado como Larossi Abballa, de 25 años y originario de Mantes-la-Jolie, una localidad de la periferia de París, mató al agente frente a su domicilio en la localidad de Magnaville, otra localidad de los alrededores de la capital, y después retuvo a su compañera y a su hijo dentro del inmueble. Durante la negociación que mantuvo con la policía reivindicó su pertenencia al Estado Islámico.

  • El atacante ha sido abatido en la casa de ambos, donde se había atrincherado
  • El hijo de la pareja, al que mantenía como rehén, ha sido hallado sano y salvo
  • El asaltante, Larossi Abballa, había cumplido condena por asociación terrorista
  • Había jurado fidelidad al Estado Islámico y tenía una lista de futuros objetivos

Miles de personas se han manifestado este martes en las calles de las principales ciudades de Francia contra la reforma laboral del Gobierno de Manuel Valls. La novena jornada de protesta -que se desarrolla durante la Eurocopa- ha congregado entre 75.000 y 80.000 personas, según la prefectura de París, mientras que el sindicato CGT, principal convocante de la protesta, ha elevado la cifra hasta los 1,3 millones en todo el país. Ha sido la protesta más masiva de todas las desarrolladas hasta ahora al congregar a más gente que la del pasado 31 de marzo, cuando salieron a la calle 1,2 millones de personas, según los sindicatos, y 390.000, según la policía.

Las fuerzas de seguridad de Francia han matado este lunes por la noche al presunto asesino de un agente de policía y de su compañera sentimental en la localidad de Magnanville, a las afueras de París, un suceso que se ha revelado como un nuevo atentado de inspiración yihadista, ya que el agresor, que fue abatido en el domicilio del policía donde se había atrincherado con el hijo de la pareja como rehén, ha sido reconocido como un miembro del Estado Islámico por la agencia Amaq, vinculada al grupo terrorista.