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La economía y el conflicto sirio son los principales temas de la cumbre UE-Rusia que se celebra estos días en San Petersburgo. El presidente ruso, Vladímir Putin, está preocupado por las turbulencias económicas de la eurozona, su principal mercado de gas y petróleo. Además, Durao Barroso y Van Rompuy tratarán de convencer a Moscú de la necesidad de incrementar la presión sobre el régimen de Bachar al Asad para frenar la masacre de civiles en el país árabe.

Los británicos han rendido homenaje a Isabel II en un acto multitudinario por el 60 aniversario de su reinado. En el Reino Unido hablan de desfile naval histórico, porque no se recuerda otro parecido en más de tres siglos.

Arranca en San Petersburgo la cumbre Rusia-Unión Europea. Lo ha hecho con una cena del presidente ruso con el del Consejo Europeo Van Rompuy, y el de la Comisión Europea, Durao Barroso. Mañana hablarán sobre todo de economía y de Siria.

Comienza uno de los actos centrales de las celebraciones por los 60 años de la coronación de Isabel II de Inglaterra con unas mil embarcaciones por las aguas del Támesis.

La Unión Europea sigue pendiente de la economía y de las noticias que llegan desde Alemania. Un periódico germano, Die Welt, cuenta hoy los planes para una profunda reestructuración de la zona euro, que incluiría la unión económica y fiscal. Otro medio alemán, el Der Spiegel, aseguraba ayer que Alemania presionó a España para que acudiera al fondo de rescate, algo que niega el gobierno español.

Alemania vuelve a defender sus propias tesis sobre la salida de la crisis financiera, que ahoga a muchos países europeos. La receta de Angela Merkel sigue centrada en el control del gasto y las reformas estructurales. Alemania, el país que más aporta a las arcas comunitarias, se ha opuesto a las ayudas directas a los bancos. Sin embargo, esta misma semana defendió la política del presidente Mariano Rajoy, del que dijo había heredado una situación difícil producto de la burbuja inmobiliaria. Informe Semanal se acerca a la situación de Alemania, la locomotora europea, que hace 10 años atravesó una profunda crisis económica y consiguió remontar. Desde la entrada del euro hasta la quiebra de Lehman Brothers, Alemania tuvo que devaluarse un 20% para ser competitiva.

Los bajos salarios para ser más competitivos son una de las claves del éxito del crecimiento alemán, y la receta que algunos economistas sugieren a países como España. En Alemania, en mayo, 108mil personas dejaron las listas del paro, y está sin empleo menos del 7% de su población activa. Una escasez de mano de obra que ya ha llegado a los trabajos sin cualificación.