El octavo y último encierro de San Fermín 2016 ha sido rápido y accidentado, por las caídas de dos toros y de un cabestro en la entrada de la plaza de toros de Pamplona.
Los morlacos han salido muy veloces y agrupados de los corrales, lanzando algunos derrotes en la cuesta de Santo Domingo, pero sin fijarse en los mozos.