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La Puerta del Sol ha recibido dos veces el año nuevo 2019 al repetir las campanadas a la hora canaria. Para ello, el reloj se retresó una hora momentáneamente. Muchos de los congregados se tomaron dos raciones de uvas. Las celebraciones se sucedieron por toda España, como en Barcelona, donde recibieron 2019 con un espectáculo de agua, fuego y luz en Montjuic.

El primer país en recibir al 2019 fue la República Kiribati, al norte de Australia. Y a partir de ese momento las celebraciones se repitieron por todo el globo para acabar en las islas Howland y Baker, de nuevo en el Pacífico.

Hasta 20.000 personas recibirán el año nuevo 2019 en la Puerta del Sol, donde todo está listo para las tradicionales campanadas. Este año por primera vez sonarán dos veces: a las doce hora peninsular española y otra vez a la una, las doce en Canarias. Para ello, a las 00.15 se retrasará el reloj una hora. Este lunes a las doce del mediodía se han ensayado las últimas preuvas. A las nueve de la noche se desalojará la Puerta del Sol para dejar luego entrar a las 20.000 personas a las que se ha limitado el aforo este año. Unos 500 agentes de la Policía Nacional velarán por la seguridad junto a agentes de la policía local, Samur y Bomberos.

Los presidentes autonómicos han coincidido en su tradicional mensaje institucional de fin de año en lanzar una llamada al diálogo y a la convivencia. El presidente del Principado de Asturias, Antonio Fernández, y el de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, han coincidido en mostrar su respaldo a la Constitución como marco de convivencia. Mientras el lehendakari del País Vasco, Íñigo urkullu, ha puesto su comunidad autónoma como ejemplo de convivencia, y otros como el presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, ha incidido más en una llamada a la lucha por la igualdad y una advertencia sobre los "populismos". 
 

Durante la época navideña los villancicos se convierten en compañeros de encuentros y en elementos imprescindibles, imprimiendo a estas fiestas un carácter único. A lo largo de nuestro pasado más reciente hemos cantado villancicos en todos los estilos musicales. Vamos a recordar con ustedes algunos de ellos.

El Gordo de la Lotería de Navidad, ese objeto de deseo casi universal entre los españolitos de a pie, es más esquivo de lo que a simple vista parece. Como buscar una aguja en un pajar. Ya, no les falta razón, es una frase un poco manida, pero traten de representarla en sus mentes: un almiar de aquellos que antes se veían por los campos, hecho de paja, tres metros de alto por dos de ancho, y un pequeño alfiler en su interior. La tarea se nos antoja imposible, por no decir absurda. Que te toque el Gordo, le ponemos mayúsculas, es algo similar.

En Estados Unidos no existe un sorteo específico de la Lotería de Navidad, pero son muy populares dos loterías primitivas, la Megamillions, que acaba de entregar un bote de 1.500 millones de dólares a una sola acertante, y la Powerball, cuyo máximo premio ha sido de 800 millones de dólares. Los boletos cuestan dos dólares y se pueden adquirir en droguerías, gasolineras y supermercados. Suelen verse colas cuando hay botes pero todavía hay cinco estados en los que es ilegal comprar lotería.

La Lotería de Navidad es una herencia española que se vive de manera diferente en Argentina y Chile. En el país del tango, las loterías son provinciales. En Buenos Aires, la lotería de la ciudad reparte 32 millones de pesos en premios, cada número son 1.500 pesos y cada décimo 150 pesos (unos tres euros y medio), pero el problema es que con la inflación galopante la lluvia de millones pierde rápidamente su brillo. En Chile, la Lotería es una institución de ámbito estatal, con un curioso nombre "La Polla chilena de Beneficencia".

Francia comenzó en 2017 a organizar un sorteo de Lotería de Navidad el día 25 de diciembre, pero sigue la mecánica de la Primitiva y escoge una combinación de seis números. Los boletos son más baratos, cinco euros cada uno, y el premio es de 20 millones de euros, aunque el año pasado no hubo ningún agraciado y se repartió entre los acertantes de categoría inferior. Se espera pasar de vender 4.300.000 boletos a seis millones, unas cifras muy alejadas de las del Gordo. Además, entre los participantes se rifan cien premios de 20.000 euros con el código de cada papeleta.