En Marsella, en Francia, la policía investiga la muerte a tiros de dos personas en plena calle, en lo que parece ser un ajuste de cuentas. Se trata de la ciudad con las tasas más altas de criminalidad de toda Francia y también la que tiene los barrios periféricos más pobres del país.
Rodeado con un muro como si fuera una fortaleza, entramos en una de las zonas más peligrosas del norte de Marsella. Es la ciudad con los barrios más pobres de Europa y que se han acabado convirtiendo en guetos.
"Puede haber un enlace entre pobreza, migración y seguridad, pero olvidamos que estas personas son portadoras de valores y de una cultura, que puede ser más fuerte que la francesa", dice Jean Vercoutére, delegado de Cáritas en Marsella, para quien la ciudad es, al contrario de lo que muchos piensan, un modelo de convivencia de etnias y religiones.