Colombia y Uruguay se citan este sábado en Maracaná en busca de unos cuartos de final del Mundial marcados tanto por la despedida anticipada del goleador celeste Luis Suárez, como por la presión que pueda tener el equipo cafetero, que nunca alcanzó esa instancia en una Copa del Mundo.
Nos hemos ido del Mundial, pero sólo a medias. España estará presente hasta en el césped de la final en Maracaná. El sistema de riego de seis estadios brasileños es "made in spain", está diseñado específicamente para el clima cambiante del país. Tampoco luciría bien el estadio del Corinthians, en Sao Paulo, de no ser por el revestimiento de una compañía levantina. La cerámica de nuestro país dará la bienvenida a los espectadores del próximo Argentina-Suiza.
El delantero uruguayo Luis Suárez saludó este viernes desde el balcón de su casa a decenas de aficionados que lo aclamaban, horas después llegar a su país tras ser expulsado del Mundial por morder al defensa italiano Giorgio Chiellini. Suárez salió al balcón de su casa, ubicada en un balneario a 40 kilómetros de Montevideo, y saludó con sus hijos en brazos a un grupo de personas que acababan de entonar el himno nacional mientras hacía guardia para ver al ídolo. Los hinchas lo aplaudieron y lo jalearon al verlo.
Estados Unidos cayó derrotada ante Alemania en el último partido de la fase de grupos, pero todo el país celebró la derrota porque aún así, se colaron en octavos de final. La cruz la puso la selección portuguesa, que a pesar de vencer a Ghana, se ha quedado fuera del Mundial de Brasil.
Miles de uruguayos han recibido en el auropuerto a Luis Suárez, para mostrarle su apoyo tras la sanción impuesta por la FIFA. El mordisco a Chiellini le ha costado al delantero nueve partidos de sanción y cuatro meses sin poder jugar al fútbol. Hasta para el propio Chiellini la sanción es desmedida.