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Esto merece una explicación

Las heridas de Guantánamo

Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, el Gobierno de Estados Unidos construyó a toda velocidad una prisión en la base militar de Guantánamo. Un espacio en Cuba, en tierra de nadie, donde albergar a los detenidos de la llamada Guerra contra el Terror.  Las imágenes de los detenidos con sus monos naranjas, grilletes, ojos y oídos tapados dieron la vuelta al mundo. En esta cárcel llegó a haber casi 800 presos. La inmensa mayoría liberados años después sin que se presentasen cargos en su contra. Ahora en la cárcel de Guantánamo quedan 30 presos, cinco de ellos acusados de terrorismo y conspiración por participar presuntamente en los atentados del 11-S, pero el juicio parece todavía lejano. En este episodio, la corresponsal de RNE en Estados Unidos, María Carou, viaja a Guantánamo para tratar de entender por qué se abrió esta prisión y por qué cerrarla parece ahora misión imposible.

Los atentados del 11M y los días posteriores conmocionaron a la sociedad española, acostumbrada al terrorismo de ETA. En ese contexto, tras el shock por la magnitud del atentado, las primeras reacciones apuntaban en esa dirección. La línea del discurso oficial del Gobierno de José María Aznar continuó por ese cauce, incluso tras la comparecencia de Arnaldo Otegi, negando la participación de la banda terrorista. El ministro Acebes no da crédito a Otegi. Esa mañana se halla en Alcalá de Henares una furgoneta con explosivos distintos a los que usaba ETA y una cinta con versículos del Corán. Repasamos con Daniel Bermejo el 11 de marzo de 2004 y los días anteriores a las elecciones generales del 14 de marzo.

El próximo 11 de marzo se cumplen 20 años de los peores atentados terroristas sufridos en España y Europa en este siglo, que causaron la muerte de 192 personas y casi 1.900 heridos en Madrid. RTVE ofrecerá una programación especial con un documental de 'En Portada' y una entrevista a los Bush que nunca se emitió, entre otros contenidos realizados por los servicios informativos.

Foto: RTVE

El 12 de marzo de 2004, la Casa Blanca ofrece al entonces corresponsal de TVE, Lorenzo Milá, una entrevista con el presidente de Estados Unidos, George Bush y la primera dama, Laura Bush, en solidaridad con el pueblo español tras el atentado terrorista del 11 de marzo. La entrevista se realizó en la residencia del entonces embajador, Javier Rupérez, un gesto absolutamente excepcional por parte de un presidente de EE.UU. y un éxito diplomático de primer orden. Pero la entrevista no se emitió completa. Veinte años después, RTVE recupera íntegramente ese testimonio y analiza con sus dos protagonistas, Lorenzo Milá y Javier Rupérez, sus claves, circunstancias y la gran pregunta: ¿Por qué esa entrevista nunca llegó a emitirse íntegra?  

El 12 de marzo de 2004, un día después del atentado del 11M, George Bush y la primera dama concedieron una entrevista en exclusiva a TVE para expresar sus condolencias por el ataque terrorista que se había cobrado la vida de 192 personas. La entrevista la realizó el entonces corresponsal de TVE, Lorenzo Milá, en la residencia del embajador español Javier Rupérez. Esa entrevista nunca llegó a emitirse íntegra. Hasta hoy. Veinte años después, la hemos recuperado del archivo y aquí la puedes ver.

El presidente de EE.UU. y Laura Bush expresaron su consternación al pueblo español por el ataque terrorista y ofrecieron su colaboración para atrapar a los culpables. "Estas personas matan porque odian la libertad y odian lo que representa España (...). Aún no sabemos quién lo ha hecho. Yo no descartaría a nadie. Se oirán todo tipo de rumores, y llevará un tiempo averiguar los hechos. Y el gobierno de Estados Unidos ayudará al gobierno español a averiguar los hechos, si así lo desean", afirma Bush en un momento de la entrevista.

Hace 20 años, Estados Unidos lanzó la invasión de Irak. El entonces presidente de EE.UU., George W. Bush, justificó la invasión, que no contaba con el aval de la ONU, para destruir las supuestas armas de destrucción masiva de Saddam Hussein y para liberar al país de un dictador sangriento como primer paso para democratizar Oriente Medio.

Pero la historia de las armas era falsa; Irak no se ha convertido en una democracia estable; y en la región se creó el caldo de cultivo para el yihadismo.

Foto: Imagen de archivo: el marine de EE.UU. Kirk Dalrymple mira cómo es derribada una estatua de Saddam Hussein en el centro de Bagdad (Irak), el 9 de abril de 2003. REUTERS/GORAN TOMASEVIC/ARCHIVO

Se cumplen 20 años de la invasión de Irak por parte de la coalición de países encabezada por Estados Unidos. Ignacio Álvarez-Ossorio, catedrático de Estudios Árabes e Islámicos en la Universidad Complutense de Madrid, asegura en Las Mañanas de RNE tras dos décadas “el balance es bastante agridulce” para el país y explica que la situación queda muy alejada de lo que se prometió: “Que si restaurar una democracia que iba a servir de modelo para el resto de países de la región, que poco a poco iban a dejar de tener regímenes democráticos y convertirse en democracias plenas.” Álvarez-Ossorio recalca que “todavía a día de hoy, 20 años después de esa invasión, desconocemos realmente los motivos que llevaron a actuar así a Estados Unidos y a los otros países que apoyaron esta aventura militar.” E insiste en que todavía Irak no se ha recuperado de la violencia sectaria.

El expresidente estadounidense George Bush confundió, en un discurso, la invasión de Irak que se produjo durante su mandato con la guerra actual que se vive en Ucrania tras ser invadida por Rusia. Bush, de 75 años, corrigió de inmediato el error tras calificar la ocupación de Irak como "totalmente injustificada y brutal" en un discurso pronunciado en la ciudad de Dallas, en el que hablaba de la integridad de las elecciones estadounidenses.

"Las elecciones rusas están amañadas. Los opositores políticos son encarcelados o eliminados del proceso electoral", dijo el expresidente republicano en el evento celebrado en el Instituto George W. Bush de la Universidad Metodista del Sur. "El resultado es la ausencia de controles y equilibrios en Rusia y la decisión de un hombre de lanzar una invasión sobre Irak totalmente injustificada y brutal", indicó. "Me refiero a Ucrania, je", dijo inmediatamente después el exmandatario republicano al tiempo que sacudía la cabeza, entrecerraba los ojos y sonreía. Un lapsus que justificó entre risas por su edad, mientras los asistentes reían.

Estados Unidos invadió Irak en 2003 tras acusar a su presidente, Sadam Husein, de albergar armas de destrucción masiva que nunca fueron encontradas.

El expresidente estadounidense George W. Bush ha tenido un lapsus y ha confundido la invasión de Irak de 2003, perpetrada por Estados Unidos bajo su mandato, con la invasión rusa de Ucrania.

En un discurso en el Instituto George W. Bush de la Universidad Metodista del Sur, en Dallas (Texas), el expresidente hablaba de la situación política en Rusia y la falta de democracia interna. "Las elecciones rusas están amañadas. Los opositores políticos son encarcelados o eliminados del proceso electoral. El resultado es la ausencia de controles y equilibrios en Rusia y la decisión de un hombre de lanzar una invasión de Irak totalmente injustificada y brutal ... Quiero decir, Ucrania".

Tras rectificar, Bush se excusó con su edad, "75 años", provocando las risas de la audiencia.

Los atentados del 11-S tuvieron un efecto particular, una cuestión menor en comparación con la tragedia. Influyeron en la propia figura del presidente de Estados Unidos. Tras el ataque de Al Qaeda a las Torres Gemelas y al Pentágono, George W. Bush vio disparada su aprobación entre los ciudadanos estadounidenses hasta marcar un máximo histórico.

Una semana antes del 11-S, Bush registraba una aprobación cercana al 50 por ciento, es decir, la mitad de su país lo apoyaba, mientras que no tenía el respaldo de la otra mitad. Tras los atentados, su popularidad aumentó 35 puntos, hasta el 86 por ciento. Y, tras el anuncio de iniciar la guerra contra el terror, alcanzó el 90 por ciento de aprobación ciudadana. Un récord histórico de popularidad para un presidente de los EE.UU. Este incremento se debe al efecto rally round the flag, traducido como "movilización patriótica".

Roger Pardo, subsecretario adjunto de Defensa cuando se produjeron los ataques del 11-S tenía su despacho en la zona donde se estrelló el avión del Pentágono. “La nariz del avión quedó en lo que era mi despacho”. Nos ha contado cómo pasó todo, qué sintió en aquellos primeros momentos y cómo se gestionó la tragedia desde la Administración Bush. Desde el primer momento, asegura, tuvieron claro que el autor de los ataques era Al Qaeda. Pardo mira ahora con tristeza el papel que está jugando su país desde la retirada de las tropas de Afganistán y la llegada de los talibanes: “Estados Unidos ha perdido su credibilidad en el mundo (…) Los talibanes saben que nos tienen arrinconados psicológicamente”.

Algunas palabras del discurso del presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, desde la Casa Blanca, al final de la jornada del 11 de septiembre, cuando se cometieron los mayores atentados de la historia sobre suelo estadounidense. Bush asegura que se está buscando a aquellos detrás de los ataques y que "no se hará distinción entre los terroristas que han cometido estos actos y quienes les protegen o cobijan". Bush asegura que "el país perseguirá la paz, la libertad y la justicia". "Estos asesinatos masivos buscaban atemorizar a nuestra nación y crear el caos. Pero han fracasado. Nuestro país es fuerte", afirma.

El expresidente de Estados Unidos George W. Bush, el último republicano en la Casa Blanca antes de Donald Trump y el único de su partido aún vivo, ha telefoneado este domingo al presidente electo, Joe Biden, para felicitarle por su victoria en unas elecciones presidenciales que ha calificado de "fundamentalmente honestas" y que, a su juicio, han ofrecido un resultado "claro", a pesar de la resistencia de Trump a reconocer su derrota alegando, sin pruebas, un presunto fraude.

No. De hecho, ha habido cinco ocasiones en las que el presidente obtuvo menos votos que su rival. La última fue 2016, cuando Donald Trump se convirtió en presidente a pesar de lograr 3 millones de votos menos que Hillary Clinton. En el año 2000, George W. Bush fue elegido presidente a pesar de obtener menos votos que Al Gore. En EE.UU. los ciudadanos no votan directamente al presidente, sino que eligen a los 538 compromisarios del Colegio Electoral que elegirá, en diciembre, al nuevo inquilino de la Casa Blanca.

El sistema de votación de Estados Unidos es un sistema indirecto. El3 de noviembre los estadounidenses no eligen al presidente, sino a quienes van a elegir al presidente en el llamado Colegio Electoral. A cada estado le corresponden tantos compromisarios como escaños tenga en las cámaras del Congreso. Aunque los electores tienenlibertad de voto, lo normal es que se inclinen por el candidato de su sensibilidad respetando la voluntad de los votantes. No obstante, a lo largo de la historia ha habido 9 disidentes que cambiaron el sentido de su voto... aunque su transfuguismo nunca afectó al resultado final.

Han pasado 18 años desde que Estados Unidos decidiera invadir Afganistán. George W. Bush aseguraba que los talibanes tenían los días contados. Les acusaba de albergar a Osama Bin Laden y a líderes de Al Qaeda vinculados con el 11S. Pero casi dos décadas después la guerra continúa. Los talibanes perdieron el poder pero controlan el 46% del territorio y siguen sembrando el terror a diario.