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Cerca de 24.000 migrantes han sido rechazados en la frontera de Grecia desde el sábado, cuando el Gobierno turco abrió sus fronteras a los refugiados. Ahora Turquía no les deja regresar a pesar de que la Unión Europea le pide que cumpla el acuerdo migratorio. Ya se están creando los primeros campamentos con miles de personas que tienen como objetivo pasar a Europa. Muchos de los refugiados han intentado entrar en países europeos de forma legal, pero ha sido imposible. Es el caso de un ingeniero pakistaní que asegura haber intentado por todos los medios llegar a Europa pero que ha sido imposible. También los han intentado miles de familias con niños que esperan poder llegar a Europa para encontrar una vida mejor. 

Las tres máximas autoridades de Bruselas, la presidenta de la Comisión europea, Ursula Von Der Layen, el presidente del Consejo europeo, Charles Michel, y el del Parlamento europeo, David Sassoli, se han desplazado a la zona para conocer la situación 'in situ' y mostrar la solidaridad europea. El Gobierno griego ha planificado un centro de internamiento más restrictivo, ha suspendido el derecho de asilo contraviniendo el derecho internacional, ha autorizado prácticas de tiro con munición real en la zona. Todo ello, con grupos de ultraderecha hostigando a cooperantes, refugiados y periodistas. Von Der Layen ha dicho que su prioridad es dar a Bulgaria y Grecia todo el apoyo que necesitan para gestionar la situación sobre el terreno. Hasta una de esas fronteras, a la Isla de Lesbos, se ha desplazado nuestra enviada especial, Sara Alonso.

"No pueden y no van a chantajear a Grecia de esta forma", ha dicho el vicepresidente de la Comisión Europea responsable de Migración, el griego Margaritis Schinas. Los presidentes de la ComisiónConsejo Parlamento Europeo están visitando la zona para evaluar la situación.

Al otro lado, en Turquía miles de personas esperan la oportunidad para cruzar a Europa. Una oportunidad cada vez más difícil viendo el refuerzo policial en las fronteras. Sirios y yemeníes denuncian que la policía griega les ha robado todo lo que tenían y después los han devuelto al otro lado de la frontera, a Turquía. Un equipo de Televisión Española está en un punto de entrada a Grecia, también bajo un férreo control de seguridad turco.

Miles de migrantes y solicitantes de asilo tratan de cruzar a Europa por la frontera entre Grecia y Turquía. Lo hacen después de que Ankara haya abierto las puertas. Ha roto su acuerdo en materia migratoria con la Unión Europea como medida de presión en el conflicto sirio. La situación es dramática. Ayer mismo un niño murió al caer de la embarcación en la que viajaba. María Jesús Vega, portavoz en España de ACNUR,  ha asegurado que se está abusando del uso de la fuerza en la frontera. Afirma que no hay base legal para suspender el derecho de asilo y reconoce que Grecia necesita más apoyo, no sólo económico, para hacer frente a la crisis migratoria.

La Unión Europea firmó hace cuatro años un convenio con Turquía por el que ha pagado, al menos, 6.000 millones de euros. Los políticos europeos no han renovado el acuerdo y el presidente de Turquía, Tayyip Erdogan, ha mantenido hasta ahora a los cuatro millones de refugiados que ya no está dispuesto a contener en su territorio. El gobierno turco no sólo exige los 30 millones de euros que calculan les ha costado mantener a estoslos  refugiados sirios, sino que ha mostrado su hartazgo con Europa tras la no intervención de la OTAN después de la muerte de 35 de sus soldados en la guerra de Siria. 

"He abierto las fronteras y no paran de llamarme", decía hoy el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan. La presión también se intensifica sobre las islas del Egeo, ya que en las últimas 24 horas han llegado mil personas a Lesbos Quíos, donde ya viven en condiciones deplorables más de 40.000 refugiados y migrantes, hacinados en campos y sin opción a ser trasladados al continente. Hoy moría un menor de edad al volcar su embarcación frente a unas costas donde pequeños grupos organizados de ultraderecha protestan contra la acogida de migrantes.

La situación en la frontera entre Grecia y Turquía es insostenible, especialmente en las islas del Egeo como Lesbos o Quíos, donde miles de refugiados ya viven hacinados en campos y sin posibilidad de ser trasladados al continente. Miles de personas refugiadas se acercan a las costas griegas para poder entrar en territorio de la Unión Europea después de que Erdogán, presidente de Turquía, abriera las fronteras para presionar a Europa. Hoy un niño ha muerto ahogada al volcar el bote en el que viajaba cuando intentaba alcanzar la isla de Lesbos (Grecia) y un hombre ha fallecido en la frontera. Las autoridades griegas están respondiendo con antidisturbios para impedir la entrada de migrantes. En las costas, grupos organizados de ultraderecha atacan a refugiados, periodistas y miembros de ONGs. Hablamos con Malen Garmendia, coordinadora de ZaporeakONG guipuzcoana que opera en el campo de refugiados de Moria (Lesbos). El equipo de la ONG fue atacado por miembros de ultraderecha. "Destrozaron la furgoneta, nos pincharon las ruedas, abrían las puertas para arrastrarnos fuera y darnos una paliza...", cuenta Garmendia. Además de atacar a miembros de ONGs, estos grupos de extrema derecha impedían de forma violenta el acceso a la costa de la embarcaciones con personas refugiadas. "Esta agresividad que vivimos nosotros ayer puntualmente, los refugiados tienen que vivirla diariamente" cuenta para el 14 Horas en Radio Nacional. "Las condiciones aquí son muy muy precarias y la situación es insostenible. Son campos de concrentración". 

Miramos a la situación que se vive en la frontera entre Grecia y Turquía donde miles de refugiados tratan de entrar en territorio de la Unión Europea, después de que el ejecutivo de Ankara haya dejado abiertos los controles de acceso. Atenas ha endurecido temporalmente la tramitación de peticiones de asilo como medida disuasoria. Representantes de los gobiernos turco y griego van a acompañar al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, en su visita a la zona.

Se cuentan por los miles los refugiados que desde el jueves han ido llegando desde Turquía a las puertas de Grecia. La apertura de puertas en Turquía se produjo el mismo día en que más de treinta soldados turcos perdieron la vida en Siria, en un bombardeo y el presidente turco Recep Tayyip Erdogan decidió que ya no frenaría a los refugiados que quieran llegar a Europa. Para parar todo ese flujo, Atenas ha cerrado los pasos fronterizos, donde se acumulan la mayoría de los refugiados, pero no sólo hace eso, sino que está realizando devoluciones a través del río Evros. 01/03/20

Dos días llevan los agentes de frontera de Grecia intentando contener al número de migrantes que Turquía está dejando salir del país y que pretenden llegar a Europa. Son mayoritariamente refugiados que huyen de la guerra en Siria y es una venganza de Erdogan que ha sufrido una derrota inflingida por el régimen de Bachar al Asad, y ahora quiere que Europa se ponga de su lado. Medio millar de esas personas que se amontonan ante la frontera norte de Grecia, llegaron a la islas de Lesbos por mar, el resto lo sigue intentando mientras Turquía va contando el número y afirman que 76.000 más se dirigen a ese paso. 01/03/20

La frontera de Turquía con Europa se ha convertido en una extensión de la guerra Siria por decisión de RecepTayyip Erdogan. Grecia está pagando las consecuencias, de momento desde Turquía han partido 30.000 migrantes, mayoritariamente sirios, que intentan acceder a Europa desde ese país. La policía ha cargado contra ellos lanzado gas lacrimógeno, mientras los migrantes les lanzaban piedras. 29/02/20

Las autoridades turcas están permitiendo llegar a los migrantes a los pasos fronterizos de Grecia, llevándoles incluso en autobuses. El Gobierno de Erdogan no oculta que usa a los refugiados como moneda de cambio para presionar a la OTAN y a Europa, a los que pide apoyo político y militar en su guerra contra Siria.