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  • Es la única ‘primavera árabe’ que continúa con el proyecto democrático
  • Supo enfrentar los momentos críticos y evitar polarizaciones como en Egipto
  • La parálisis económica y la división política son sus grandes retos

Seguro que recuerdan aquel barco que zarpó abarrotado de personas que huían de conflictos y hambrunas. Zarpó de Libia con unos 500 subsaharianos a bordo y naufragó hace justo un año, a pocas millas de la isla de Lampedusa. Hubo 368 muertos y numerosos desaparecidos. Aquella tragedia pareció golpear conciencias. 

Madrid es anfitriona este miércoles de una cumbre internacional sobre la situación en Libia un país dividido y que, después de la caída de Gadafi, no tiene un futuro claro. La preocupación es que el yihadismo se apodere del país. Las instituciones libias están paralizadas y llevan ya cinco gobiernos desde la caída de Gadafi hace tres años. Un enjambre de milicias armadas combaten entre sí en las principales ciudades.

Las milicias islamistas de la ciudad de Misrata han tomado, tras intensos combates, el aeropuerto internacional de Trípoli, hasta ahora controlado por milicianos nacionalistas. El aeropuerto está cerrado desde el estallido de los combates, a mediados de julio. Libia atraviesa la peor oleada de violencia desde el derrocamiento del coronel Gadafi, en 2011.

Los primeros españoles evacuados de Libia ya están en Madrid. Con ellos, también ha salido una veintena de ciudadanos de otros países tras la escalada de violencia que vive el país. En Trípoli y Bengasi han sido los peores combates de los últimos quince días. Según el gobierno interino, han muerto casi doscientas personas. Y el incendio en un depósito de gasolina en el aeropuerto de la capital sigue sin estar controlado. 

El Gobierno libio ha pedido ayuda internacional para extinguir el incendio de un enorme depósito de combustible que amenaza Trípoli, la capital. El incendio es consecuencia de los combates entre facciones rivales de antiguos rebeldes, que han sumido el país en el caos.

Ante el peligro que suponen los enfrentamientos entre milicias en la capital y Bengasi. En el país viven 50 españoles y unas 40 familias hispanolibias. Estados Unidos y Turquía ha evacuado a su personal y otros países europeos estudian esa posibilidad.