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Los combatientes del autodenominadoEstado Islámico se encuentran arrinconados en Baghouz, su último reducto en Siria. Mientras, el campo de desplazados de Al Hol, al noroeste del país es un mar de tiendas de campaña que acoge actualmente más de 66.000 personas en estos momentos. Solo en los últimos meses han llegado a este lugar unas 55.000 personas tras la última ofensiva contra el autodenominado Estado Islámico.

Cristina Sánchez es la enviada especial de RNE en Siria.

El Estado Islámico agoniza en Siria 5 años después de la primera ofensiva contra el grupo terrorista, parece que, ahora sí, su final está cerca. El último bastión, Baguz, está cercado. Quedan unas cuatro mil personas dentro, pero cada vez son más los que abandonan a través del corredor humanitario, que sigue abierto. Informa la corresponsal en Oriente Próximo, desde Siria Cristina Sánchez.

La ONG Human Rights Watch denuncia que más de 1.500 menores están encarcelados en Irak por supuestas acusaciones de pertenencia al autoproclamado Estado Islámico. Según la ONG, la mayoría de los niños fueron sometidos a juicios de cinco minutos, y muchos están presos simplemente por ser hijos de combatientes en el grupo yihadista, que lucha estos días por proteger Al Baghouz, su último reducto habitado en Siria.

Amnistía Internacional ha denunciado que ha habido más de 75.000 desapariciones forzosas en ocho años de guerra en Siria. Fadwa Mahdmud es una víctima colateral: lleva siete años buscando a su marido, un opositor del régimen, y a su hijo. Según denuncia, ambos fueron detenidos por los servicios de Inteligencia del régimen de Bachar al Asad en el aeropuerto de Damasco. Casi cinco millones de personas han abadonado Siria y más de siete millones se han visto obligados a desplazarse en el país, según datos de ACNUR.

Las milicias kurdas luchan desde el pasado viernes por el control de Al Baghouz, el último reducto habitado controlado por el Estado Islámico en SiriaEn ocho años de guerra, Damasco ha arrebatado el control de dos terceras partes del territorio al grupo yihadista, pero todavía quedan combatientes en distintas zonas del país. Uno de los territorios más conflictivo es Idlib, en la frontera con Turquía, donde el miedo a una nueva crisis de refugiados ha frenado la escalada de tensión de las últimas semanas. 


Y en Siria, las fuerzas kurdas siguen sitiando Baghuz, en el este del país, el último reducto del autodenominado Estado Islámico. En las últimas horas han ralentizado su avance para permitir la evacuación de miles de personas.

Cuando se cumplen ocho años de la guerra en Siria, cinco millones de refugiados siguen desamparados, buscando un lugar seguro donde vivir. La mayoría están en campos de refugiados en países limítrofres como Turquía, Líbano y Jordania. Otros seis millones de sirios han tenido que desplazarse dentro del país huyendo de la guerra. El Comité Español de Ayuda al Refugiado denuncia que la Unión Europea ha incumplido reiteradamente sus compromisos de asistencia, así como el acuerdo firmado con Turquía en 2016 por el que se frenó la llegada de migrantes a las costas griegas. Ahora la ruta de entrada a Europa se ha trasladado al Mediterráneo central y a las costas españolas.

En Siriala guerra está a punto de cumplir ocho años y acumula más de 350.000 muertos, seis millones de desplazados y cinco de refuguados en lo que la ONU califica como la mayor tragedia humanitaria del siglo XXI. Iniciada al calor de la primera árabe, la represión del régimen pronto condujo a una militarización de las revueltas que también ha servido de campo de batalla para grupos yihadistas. Primero la rama regional de Al-Qaeda, después el Estado Islámico, que llevó a EE.UU. a implicarse al frente de una coalición internacional. Sin embargo, han sido las grandes potencias regionales las que han marcado el devenir del conflicto. Rusia, Irán y Hizbolá han dado un apoyo militar al régimen sirio que parece haber decantado la guerra a su favor.

El éxodo continúa en Siria estos días durante la batalla final de la coalición liderada por Estados Unidos contra el autoproclamado Estado Islámico. Más de 10.000 personas han abandonado sus casas en las últimas semanas, 40.000 en los últimos meses, por la falta de alimentos, agua y los continuos bombardeos.

Un grupo de familias sirias se han desplazado a Bruselas para exigir la puesta en libertad de los miles de ciudadanos que permanecen encarcelados por el régimen. También piden justicia para las víctimas de desapariciones forzosas. Es una crónica de nuestra corresponsal María Carou.

Siria se prepara para el que podría ser el asalto final al último reducto controlado por el autodenominado Estado Islámico. Decenas de camiones están evacuando a los civiles que aún siguien en Baguz. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos calcula que cerca de 300 combatientes están escondidos en la zona.