Las alarmas no han dejado de sonar este domingo en Israel. Hizbulá ha lanzado más de 240 cohetes y misiles desde Líbano. Israel ha interceptado la mayoría, pero algunos han impactado cerca de Tel Aviv y otras localidades del país.
Estos bombardeos se producen un día después de los ataques israelíes al Líbano en los que han muerto casi 90 personas, según las autoridades, muchas de ellas en la capital, Beirut.
En Gaza, hay al menos 25 fallecidos tras varios ataques israelíes. En uno de esos bombardeos habría muerto un soldado israelí, según las autoridades de la Franja. Y en Beirut, en el Líbano, un ataque contra un edificio del centro de la ciudad deja al menos 15 fallecidos y más de 60 heridos.
Un equipo de Televisión Española ha acompañado a un relevo del Ejército español en su viaje al Líbano. Después de 24 horas desde que salieron de Madrid camino a su destino, continúan de camino hacia la base Miguel de Cervantes. La situación, dicen, es complicada, y llegar es aún más difícil porque, de noche, los ataques entre Israel e Hizbulá han impedido el paso del convoy español. "Es la tercera vez que vengo y es la primera vez que he vivido esta situación", comenta uno de los militares. "Nos adaptaremos a lo que haya y haremos todo lo posible por hacerlo lo mejor", señala.
El relevo tiene previsto estar seis meses en dicha base, ubicada en la frontera de Líbano con Israel, una zona dominada por las milicias de Hizbulá. Está en una posición crítica porque está en medio de un conflicto armado. Por eso, desde que estalló el conflicto, han pasado muchas horas en búnkeres para protegerse del intercambio de cohetes, casi constante, entre ambos contendientes. Fuera de la base, patrullar se ha vuelto casi imposible. Pese a ello, la permanencia de los cascos azules no ha puesto en duda.
Israel ha lanzado más de un centenar de ataques en las últimas horas contra varias regiones del Líbano y sigue su ofensiva en Gaza, centrada en el norte de la Franja. Ahí han fallecido decenas de personas en un ataque a un edificio residencial. Al menos 96 palestinos han muerto en los últimos ataques que el Ejército israelí. En uno de ellos, según el Gobierno de Hamás, han muerto al menos 72 personas y dicen que todavía hay decenas de personas bajo los escombros y que los equipos de rescate están teniendo dificultades para acceder. Además, aseguran que el 30% de las víctimas de este bombardeo son niños.
El Ejército israelí no ha hecho mención de este ataque, pero sí ha confirmado la muerte de un soldado en esa misma zona, en el norte de Gaza, en las últimas horas. Desde que comenzó la guerra, la cifra de palestinos muertos se acerca a los 44.000. En el Líbano donde también se está intensificando la ofensiva, los muertos son alrededor de 3.500. Según el gobierno del país solo en las últimas horas se han producido 145 ataques en distintos puntos del país, incluida la capital, Beirut. En uno de esos ataques habría muerto el portavoz para los medios de comunicación de Hizbulá.
No hay tregua al sufrimiento en Gaza. Las bombas de Israel han destrozado un edificio de viviendas en Beit Lahia, sepultando a muchos residentes bajo los escombros. Sus vecinos se afanan en sacarlos como pueden, sin apenas medios.
Desde hace tres semanas, el Ejército israelí castiga con dureza el norte de la Franja y van más de 800 muertos. Su objetivo, dicen, evitar que los terroristas de Hamás se reorganicen. Palestinos atrapados en la zona protestan por la hambruna y la destrucción del último hospital que les quedaba.
Israel también continúa atacando el Líbano, con nuevos bombardeos en Beirut y el sur del país. Cuatro soldados israelíes han muerto en la incursión por tierra de su ejército. Israel pide evacuar otras 14 localidades libanesas para avanzar en su guerra contra Hizbulá.
Irán no desvela si piensa responder al ataque israelí de este sábado. No hay que exagerar ni minimizar el daño, ha dicho el líder supremo, Alí Jameneí, tras reunirse con familiares de los cuatro militares asesinados por Israel. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha asegurado que su ataque contra instalaciones militares fue preciso, potente y alcanzó todos los objetivos.
Un bombardeo israelí derrumbaba por completo un edificio residencial en el sur de Beirut. En unos pocos segundos el edificio se hundió y quedó destruido. Los vecinos apenas tuvieron tiempo para evacuarlo. Se salvaron de milagro.
Tienen un grupo de Whatsapp donde publican alertas. Así supieron que iban a bombardear la zona y pudieron irse de su casa. Normalmente, el Ejército israelí a través de su portavoz árabe, Avichay Adrae, con 7000.000 seguidores, publica en Twitter los avisos previos al ataque, pero dan menos de una hora para evacuar, incluso hospitales, y a veces las alertas llegan de noche o de madrugada.
El Ejército israelí no siempre avisa antes de atacar. Ayer no lo hizo antes de bombardear una zona de Beirut que también está destruida. Los vecinos no se fueron y el balance fue de 18 muertos, varios de ellos niños, y decenas de heridos.
El Ejército israelí golpea la histórica ciudad de Tiro, patrimonio de la humanidad. Es su primera operación a gran escala aquí y llega tras la orden de evacuación a los civiles. Se desconoce cuántos ciudadanos quedan en la ciudad, que en los últimos tiempos ha acogido a desplazados de la frontera sur.
También al sur, Nabatieh, antes destino turístico, se ha convertido en una ciudad fantasma. Apenas un alma en las calles, pocos edificios en pie. La destrucción y el silencio, rotos por nuevos ataques.
Se cumple un mes de la reactivación de la ofensiva israelí en Líbano. Más de un millón de personas han huido de sus casas en este tiempo. Israel dice haber acabado con unos 70 terroristas de Hizbulá, entre ellos su líder Nasrala y el sucesor de este, Hassan Safiedine, cuya muerte se acaba de confirmar.
En Tel Aviv se repite un día más la imagen de quienes buscan refugio mientras suenan las sirenas y la cúpula de hierro, el sistema de defensa israelí, hacía su trabajo. El ataque de Hizbulá se producía con el secretario de Estado estadounidense aún en la ciudad. Al norte, los cohetes de la milicia libanesa volvían a sobrevolar la ciudad portuaria de Eilat.
Alerta máxima en Tel Aviv. Las sirenas han vuelto a sonar esta mañana poco antes de que una lluvia de proyectiles atravesase sus cielos. El sistema de defensa israelí, interceptaba buena parte de los cohetes y misiles lanzados desde Líbano por Hizbulá. Los ataques arrancaron de madrugada. Entre los objetivos, tres bases militares en Tel Aviv y Haifa, al norte de Israel.
Horas antes, era el Ejército israelí el que volvía a bombardear los suburbios del sur de Beirut. El bombardeo cerca del hospital Hariri deja más de una docena de muertos y cerca de 60 heridos, según el Ministerio de Salud libanés. Son 300 los intereses de Hizbulá atacados en las últimas 24 horas.
Bajo otro hospital de Beirut el Ejército de Israel dice haber hallado un búnker donde Hizbulá almacenaba millones en oro y en efectivo. En su punto de mira, la red que financia a la milicia pro iraní.
El último intercambio de ataques ha provocado la suspensión de los vuelos para los próximos día de Air France y Emirates entre otras compañías.
Quien sí ha aterrizado en suelo israelí es el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken. Es su undécima visita a la región para tratar de impulsar un plan de paz. La primera, tras el asesinato del líder de Hamás, Yahya Sinwar
Casi una quinta parte de la población libanesa ha tenido que dejar su casa y la ayuda de emergencia llega con cuentagotas. Los ataques israelíes han agudizado la crisis en el Líbano. Según cifras de la ONU, dos millones de personas necesitan a día de hoy ayuda alimentaria. El carismático dueño del restaurante Carneo, el chef Mario Madawar, cocina ahora para los desplazados. El propio Madawar recorre en furgoneta los refugios y reparte él mismo la comida.
Foto: Un improvisado campamento para desplazados en el paseo marítimo de Beirut (AFP)
Los ataques en Gaza continúan. En las últimas horas, en Al Mawasi, en el centro de la Franja, han muerto más de una decena de miembros de una misma familia. En el norte, en Yabalia, hay más de una treintena de muertos. Es donde el Ejército israelí está centrando su ofensiva, que deja 500 fallecidos en algo más de dos semanas. En la ONU, el embajador palestino, arropado por países árabes, ha denunciando la crítica situación en el norte de Gaza. Por otra parte, Israel ha denunciado que la residencia privada del primer ministro, Benjamín Netanyahu, ha sido atacada por un dron procedente del Líbano. Tras la muerte del líder de Hamás, Yahya Sinwar, la tensión sigue en máximos. El líder supremo de Irán, el mayor patrocinador de Hamás y Hizbulá, ha asegurado que su muerte no les va a detener.
Foto: Edificio atacado por Israel en Al Mawasi, en el centro de la Franja de Gaza (REUTERS/Ramadan Abed)