Enlaces accesibilidad
arriba Ir arriba

"Os digo con toda sinceridad que, a pesar de las actuales circunstancias, no tenía intención de participar en las próximas elecciones". Así ha anunciado el presidente de Egipto que no volverá a presentarse a las elecciones pero que, hasta entonces, sí permanecerá en el poder. Mubarak también ha querido dejar claro el motivo de su decisión: "He agotado mi vida sirviendo a Egipto y a su pueblo". Y, además, también dejaba claro que su futuro está y estará ligado al país ya que morirá en Egipto y será la historia el que le juzgue.

El presidente egipcio ha dicho que no se va a presentar a una nueva legislatura pero que se mantendrá en su cargo hasta la nueva cita electoral. También ha asegurado que hará lo necesario para mantener la seguridad del país.

Cientos de miles de personas han llenado las calles de El Cairo, Alejandría, Sinaí y Suez. Los convocantes han logrado las mayores concentraciones en los ocho días de protestas.

La oposición ha llegado a un acuerdo basado en cuatro condiciones: la marcha de Mubarak, la disolución del Parlamento, la redacción de una nueva constitución y el nombramiento de un gobierno temporal hasta la celebración de las elecciones.

Sin embargo, la administración de Obama está apoyando las protestas y una posible transición a la democracia. Frank G. Wisner, un exembajador de EEUU en Egipto, ha llegado e El Cairo como emisario del presidente Obama y podría llevar un mensaje de la Casa Blanca para que Mubarak deje el cargo.

Cientos de miles de egipcios se concentran en la plaza de Tahrir, en el centro de El Cairo, y en las calles próximas para pedir el final del régimen de Mubarak. A falta de saber si llegan al millón, como ya aseguran los organizadores, lo que sí está claro es que es la protesta más multitudinaria desde que el pueblo se levantó contra el presidente hace una semana

Las manifestaciones en Egipto continúan. La policia cachea y controla las entradas a la plaza de reunión. Se cree que muchos son los partidarios de Mubarak que se encuentran infiltrados entre los manifestantes con la intención de alborotar a las masas.

Occidente mira con preocupación a Egipto porque siempre ha ocupado un lugar fundamental en el delicado equilibrio de fuerzas del Magreb y de Oriente Próximo.

Han repetido en la plaza Tahrir las protestas que protagonizan desde hace una semana. No se han producido incidentes a pesar de que la Policía ha vuelto a las calles después de estar ausente por tres días.

La salida a la crisis actual tiene varios posibles escenarios. Mubarak podría estabilizar la situación. Podría darse un golpe militar que le expulse pero mantenga el régimen. Se podrían convocar elecciones para continuar por el camino de la democracia. Pero el país tambien puede entrar en un caos político si ningún candidato consigue un resultado del que resulte un gobierno viable.

En el séptimo día de movilizaciones, el presidente de Egipto ha tomado hoy juramento a los ministros del nuevo gobierno y no parece que Hosni Mubarack esté dispuesto a dejar la presidencia.