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Las sucesivas reuniones y cumbres que han tenido lugar en Bruselas este fin de semana han servido para desbloquear el sexto tramo de ayuda a Grecia, dar un toque de atención a Italia, alejar de la primera línea de la crisis a España y avanzar en las soluciones a la crisis de deuda soberana que sufre el continente. Pero, tal y como había avisado la canciller alemana, Angela Merkel, no ha habido acuerdos definitivos, que se dejan para el miércoles, jornada en las que se celebrarán las dos cumbres definitivas: un Consejo Europeo y una reunión de los 17 miembros de la zona euro al más alto nivel.

  • Herman Van Rompuy, a los periodistas: "Nos vemos el miércoles"
  • La quita de Grecia del 50% y la recapitalización bancaria, casi cerradas
  • El fortalecimiento del nuevo fondo de rescate europeo, principal problema
  • Tirón de orejas de la UE a Italia y salvavidas de Francia a España
  • Berlusconi anuncia una reforma del sistema de pensiones tras la presión
  • Zapatero agradece las palabras de Nicolas Sarkozy sobre España

Ver también:Ver también: Especial sobre la crisis de deuda

La Unión Europea ha trazado hoy una línea roja. A un lado, en el de los sospechosos, han colocado a Italia. Silvio Berlusconi ha sido reprendido en privado por Merkel y Sarkozy y en público por el presidente del Consejo. "Le hemos pedido a Italia que nos dé garantías de que las medidas valientes que se aprobaron se van a poner en marcha a tiempo", decía Herman Van Rompuy, antes de exigir al primer ministro italiano un calendario concreto de desarrollo de la reforma laboral, de las medidas contra el fraude fiscal o de las privatizaciones.

A la misma hora, Nicolas Sarkozy, en una comparecencia conjunta con Angela Merkel, elogiaba a nuestro país. "España ya no está en primera línea de los problemas económicos y financieros de la zona euro por los enormes esfuerzos del gobierno de Rodríguez Zapatero y al sentido de la responsabilidad de la oposición de Mariano Rajoy".

Merkel y Sarkozy han confirmado los progresos hechos para reforzar el Fondo de Estabilidad. Hasta el miércoles no se cerrarán los acuerdos sobre este instrumento, la recapitalización bancaria y Grecia. Será en una cumbre de la zona euro, precedida de otra de los 27 que pretende evitar los recelos de países como Reino Unido o Suecia, fuera de la moneda única, pero afectados por sus decisiones.

Los Veintisiete han finalizado la reunión sin ningún acuerdo concreto, aunque con buenas sensaciones para llegar a un acuerdo global para atajar la crisis de deuda el próximo miércoles en una nueva cumbre extraordinaria de la UE. Además, se han mostrado decididos estudiará una reforma de los tratados para aumentar disciplina fiscal. Y, en centro de todas las miradas, Italia, país presionado por el resto de socios para que cumpla con lo prometido y reduzca su deuda. Así lo ha reconocido el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, que se vio con el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, antes de reunirse con el resto de líderes. "Le hemos pedido que nos dé garantías de que las medidas valientes que se aprobaron se van a poner en marcha a tiempo", ha señalado en la rueda de prensa posterior al consejo, donde también ha reconocido que Roma debe hacer "reformas en el mercado laboral o emplearse a fondo para luchar contra fraude fiscal".

La canciller alemana, Angela Merkel, ha instado a España a introducir más reformas para lograr la reducción de su nivel de endeudamiento como única fórmula viable para recuperar la confianza de los mercados. En un acto de las juventudes de la Unión Cristianodemócrata que preside en la ciudad de Braunschweig, al norte del país, Merkel ha señalado que "España ya ha hecho mucho pero probablemente debe hacer más para recuperar la confianza de los mercados". Merkel también ha pedido a Italia más esfuerzos porque ha asegurado que el nuevo fondo de rescate de la eurozona no se sostendrá si la deuda de Italia se mantiene alta (en estos momentos es del 120%).

Y durante unas horas Roma ha quedado hoy casi paralizada por una fuerte tormenta que ha inundado decenas de calles y ha impedido -en muchos casos- la circulación. Ha muerto una persona y se está buscando a otra.

El Gobierno italiano se plantea pedir una fianza económica a los organizadores de las manifestaciones para hacer frente a posibles destrozos. El sábado, grupos de vándalos se infiltraron en la manifestación pacífica de los indignados y destruyeron vehículos, viviendas y patrimonio histórico. La policía los está identificando.

Hoy en Italia hay una redada masiva para encontrar a los responsables de los graves incidentes del sábado, durante la manifestación de los indignados. Cientos de agentes registran sedes y locales en Nápoles, Milán y Roma, mientras los convocantes condenan que unos pocos violentos estropeasen una marcha pacífica.