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El Alto Representante para la Política Exterior de la Unión Europea y vicepresidente de la Comisión, Josep Borrell, ha abogado en ‘Las mañanas de RNE por una reforma del sistema europeo de fijación de precios de la electricidad. “Tarde o temprano, Europa tendrá que decir algo. El sistema tiene que ser revisado porque tiene demasiadas disfunciones. La traslación del coste del gas a otras energías cuyo coste de producción no tiene nada que ver es algo que no tiene una justificación económica clara”, ha asegurado Borrell, que cree que el debate se abrirá en la Comisión Europea porque, aunque España ha sido el primer país en notarlo, la subida de precios acabará afectando al resto de países.

Borrell ha descartado que en Afganistán vaya a producirse una crisis de refugiados como la de Siria en 2016 y ha insistido en que la UE tiene una obligación moral con los afganos que han estado trabajando de la mano de Occidente intentando construir un país con libertades. “No son inmigrantes, son exiliados”, ha recalcado Borrell, que ha defendido el papel que ha jugado la Unión Europea en el país asiático. “Europa ha jugado un papel muy importante, pero, como suele ser habitual, no lo hemos lucido bastante. Hacemos más de lo que somos capaces de decir que hacemos”, ha dicho.

La Unión Europea quiere una presencia en Afganistán y mantener contactos con los talibanes si se dan ciertas condiciones, pero sin llegar a reconocer al nuevo gobierno que se forme. Así lo ha explicado este viernes el alto representante de la UE para la Política Exterior y de Seguridad, Josep Borrell, durante la reunión que han mantenido en Eslovenia los ministros de Exteriores de la UE.

"Para apoyar a la población afgana, tendremos que relacionarnos con el nuevo gobierno de Afganistánlo que no significa reconocimiento. Es una relación operativa", ha declarado Borrell.

Borrell ha asegurado que esta relación se incrementará dependiendo del comportamiento de los talibanes y de que el país no se convierta en "una base para exportar el terrorismo a otros países", respete los derechos humanos, el imperio de la ley y a los medios.

Afganistán debería también formar un gobierno interino con inclusión de otras fuerzas, autorizar la llegada de ayuda humanitaria y permitir que tanto los ciudadanos de otros países como los afganos que se sientan en peligro puedan abandonar el país.

"Para poder llevar a cabo esta evacuación y evaluar las condiciones hemos decidido trabajar de forma coordinada, coordinar los contactos con los talibanes, incluyendo una presencia conjunta de la UE en Kabul", ha declarado.

Foto: Jure Makovec / AFP

La comunidad internacional, mayoritariamente, lo tiene claro. Cree que hay que hacerlo porque los talibanes son los que van a gobernar el país y solo a través de ese dialogo se puede cuidar a su gente. La mayoría también añade que hay que poner algunas líneas rojas.  China sí que ha anunciado que quiere tener una buena relación con los talibanes para, entre otras cosas, poder perfeccionar sus rutas comerciales. Rusia también lleva meses hablando con ellos. Lo que parece claro es que, al menos de momento, ninguna potencia mundial va a dar la batalla para evitar que los talibanes asienten su poder. Informa Juan Tato.

Josep Borrell, Alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, asegura que ahora mismo todos sus esfuerzos están centrados en sacar de Afganistán a quienes han colaborado con la UE y corren peligro. Eso no excluye, asegura, que también se esté pensando en cómo ayudar a miles de personas que quieren abandonar el país. Borrell dice que hay que afrontar la realidad y que esa es que el mundo occidental ha fracasado: “Lo que ha ocurrido en Afganistán es una derrota del mundo occidental y eso hay que mirarlo de frente y tener el valor de reconocerlo". Sobre el diálogo con los talibanes, no tiene duda. “Algunos se han escandalizado, pero claro que hay que hablar con ellos. “Tenemos que hablar con ellos (los talibanes). No podemos abrir una vía de seguridad del aeropuerto si no hablamos con quien ha tomado el control de Kabul”.

En una reunión extraordinaria de los ministros de exterior de la UE, Josep Borrell, ha mostrado su preocupación por los colaboradores afganos que continúan en el país y ha abogado por mantener conversaciones con los talibanes ya que estos consideran "que han ganado la guerra".

FOTO: Imagen de la pantalla que muestra a Josep Borrell durante la reunión extraordinaria de los ministros de exteriores de la UE  REUTERS/Johanna Geron

El Alto Representante para la Política Exterior de la UE, Josep Borrell, ha recordado este viernes en La Hora de La 1 de TVE que Marruecos ha recibido en los últimos siete años unos 15.000 millones de euros en ayudas de la UE, en gran parte gracias a la mediación de España.

Borrell se ha referido a la crisis migratoria en Ceuta y ha subrayado que los acuerdos de cooperación con el país magrebí incluyen la política migratoria.

"Hay fondos que se destinan a Marruecos gracias a la mediación de España los dos o tres últimos años, porque hay que ayudar a la vecindad a controlar la frontera, que tiene un coste y necesita recursos (...) La colaboración tiene que tener en cuenta todos los aspectos, la política migratoria es decisiva".

Borrell ha insistido en la postura de la UE: "la frontera de España con Marruecos en Ceuta es de la UE, afectada a todos los países".

El Alto Representante ha reconocido que dentro de la Unión no hay unanimidad en la postura frente al Sáhara Occidental, pero ha advertido que "no se puede aprovechar la discrepancia para causar una crisis migratoria, entonces es cuando entra la UE".

Foto: EFE/EPA/OLIVIER HOSLET

El Jefe de la Diplomacia comunitaria, Josep Borrell, ha anunciado en el Parlamento Europeo que propondrá medidas contra Rusia y ha hablado de sanciones. Tras su viaje a Moscú, varios eurodiputados han pedido su dimisión porque creen que no defendió adecuadamente a la Unión mientras el canciller ruso expulsaba a diplomáticos europeos y comparaba a Navalni con los líderes independentistas catalanes. Informa la corresponsal comunitaria, María Carou.