La falta de actividad del volcán de La Palma ha permitido a un equipo de TVE entrar en la zona de exclusión. A punto de cumplirse tres meses desde que comenzó la erupción, en las áreas cercanas al cono principal se acumulan hasta doce metros de ceniza, dejando un paisaje lleno de casas enterradas. Además, la lava tardará semanas en enfriarse. Los investigadores miden los cambios de temperatura y la emisión de gases en la zona de exclusión a diario.
El volcán de La Palma lleva tres días consecutivos mostrando signos de agotamiento yla emisión visible de gases volcánicos es puntual y esporádica. Según el comité científico, de mantenerse esta ausencia de parámetros observables del proceso eruptivo, podría darse por finalizado el 24 de diciembre, en plena Nochebuena. Tras estos tres meses de erupción hay más de 1.200 hectáreas afectadas, dos deltas lávicos, 1.676 edificaciones arrasadas y toneladas de ceniza aún acumuladas en la zona de exclusión.
Por tercer día consecutivo el volcán de La Palma permanece aparentemente dormido. Aunque hay algo de sismicidad y de emisión de gases, los científicos dicen que no es significativo. Los servicios de emergencias cuando acceden a la zona de exclusión se encuentran con toneladas de ceniza y las casas abandonadas a toda prisa. Pasarán semanas hasta que se enfríe la lava que recorre toda la zona de emergencia de la isla y la desgasificación podría durar meses. En las distintas fisuras eruptivas el calor de la lava podría sentirse durante años.
El volcán de La Palma sigue sin dar señales de actividad por tercer día consecutivo. Los expertos advierten de que queda, al menos, una semana para poder confirmar el final de la erupción si no cambia nada. Y mientras eso sucede, el medio millón de vecinos desalojados continúa pendiente del futuro de sus viviendas. Es el caso de Martina, que lleva 89 días fuera de su casa. "Vivo en un hotel y toda la ropa me la ha dado Cruz Roja".
En La Palma, el volcán de Cumbre Vieja lleva más de 40 horas en silencio. Casi 90 días después de que comenzara la erupción no hay lava ni piroclastos, y se han desplomado las emisiones de dióxido de azufre. Sin embargo, para dar por finalizada la erupción hace falta que continúe así durante unos días más. Hay que descartar una reactivación, insisten los científicos.
El volcán de La Palma parece haber parado su erupción. Lleva ya más de 24 horas sin salir lava y tampoco hay emisión de gases ni piroclastos. Los científicos también se fijan en el tremor y la deformación del terreno, por lo que parece que ha empezado la cuenta atrás de su final. Ese final podría decretarse en un plazo de 5 a 7 días. Informa Amado González.
Stavros Meletlidis, vulcanólogo del Instituto Geográfico Nacional, ha dicho en el 14 horas que el parón del volcán es diferente esta vez. "No solamente por la duración de la pausa, sino porque estamos hablando de un volcán maduro, a punto de cumplir los 90 días. La anterior vez llevaba solo 10 días, con un cambio de comportamiento." Además, apunta a otros indicadores. "Hay varios. Como por ejemplo, el tremor que es ausente, no tenemos. También la sismicidad. La emisión de gases es importante. Habría que seguir observando esos indicadores unos cuantos días más para poder establecer la fecha de que ha terminado la erupción. No hay una regla de oro, pero 10 - 15 días sería una fecha prudente para ver si los indicadores van a la baja."
Una vez confirmado que el volcán se detiene definitivamene, seguirá habiendo emisión de gases. "Los gases van a ser parte de el día a día durante varios meses pero en otro volumen. También habrá temblores, porque va a haber un reajuste debajo de la isla."
El volcán de La Palma ha permanecido durante 24 horas sin señales de tremor (vibraciones que provoca el magma en el edificio volcánico) ni expulsión de lava y piroclastos desde los centros emisores superficiales. Es la primera vez que ocurre, y unido al descenso de la sismicidad y la ausencia de deformaciones en el terreno, los expertos hablan ya de "proceso atenuado".
Tras unos días de aparente calma, la explosividad del volcán de La Palma ha vuelto a subir. Este lunes se ha podido observar una elevada columna de humo y cenizas que ha alcanzado los 4.200 metros de altura desde primera hora de la mañana y posteriormente el volcán ha comenzado a expulsar una gran cantidad de lava y piroclastos, precedidos por la subida eventual del tremor (vibraciones que provoca el magma en el edificio volcánico).
Desde que el volcán hizo erupción, han sido muchos los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado que se desplazaron hasta La Palma a ayudar a los vecinos, velar por la seguridad de los palmeros o vigilar el curso de las coladas. Los miembros de la Unidad Militar de Emergencias, UME, fue convocada a desplazarse a La Palma apenas cuatro horas después de que comenzase la erupción; los primeros efectivos desplazados de esta unidad procedían de la isla de Tenerife, con base en Los Rodeos, y de Las Palmas de Gran Canaria, con base en Gando, y luego llegaron los refuerzos de la península.
El comandante de la UME, Manuel Burgos Arranz, ha explicado en 24 horas de RNE que llegaron con la misión de sofocar los incendios provocados por la lava y han acabado haciendo de todo: vigilar la evolución de las coladas para avisar del desalojo a algún pueblo o vecino, numerar las coladas, trabajos sobre la calidad del aire, colaboran con la Armada en el transporte de los agricultores que tienen que acceder a sus campos de cultivo.