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Se cumplen 80 años de la muerte del aviador y escritor francés Antoine de Saint-Exupéry autor de uno de los libros más traducidos, El Principito. En 1998 un pescador en Marsella encontró un trozo de tela del que colgaba una pulsera metálica con su nombre, emergía 54 años después de su desaparición. En 2004 se encontraron los restos del avión y cuatro años más tarde un aviador alemán aseguró que lo había abatido. Aventurero y soñador, tuvo un accidente en el Sáhara, entre alucinaciones y desvaríos, concibió uno de los personajes más queridos de la literatura universal.

Por las fronteras de Europa

Andrea Bajani: ¿tienen alma las casas?

Nacido en Roma en 1975, Andrea Bajani es uno de los mejores escritores italianos de la actualidad, autor de celebradas novelas en ocasiones galardonadas con premios de importancia como el Mondello. A ellas se tienen que añadir dos obras de teatro y varios libros de género periodístico, uno sobre el trabajo precario en Italia y otro sobre el mundo de los adolescentes. En español están editadas Mapa de una ausencia, Saludos cordiales y la excelente El libro de las casas. En su también extraordinaria y muy singular novela Saludos cordiales, sobre el mundo del trabajo en nuestros días, ya no estamos en el submundo tétrico de la clase obrera depauperada, en busca de trabajo y subsistencia básica; de aquel realismo truculento y espléndido de autores como el francés Zola o como el siciliano Verga, o bien de las historias de desempleados de la Gran Depresión de Steinbeck o Alfred Döblin. En la novela de Bajani (muy dotado para la parodia y el humor negro) nos adentramos en un mundo fantasmal, casi de zombis, un mundo de pesadilla kafkiana entre Orwell y Aldous Huxley. Un universo gélido, cínico y calculado, de oficinas y grandes empresas sin rostro y sin alma. Empresas cuyos jefes incontestables se permiten, como en los quirófanos, inventar chistes macabros para los peores y más apocalípticos momentos, y en las que, como herencia de algo parecido a un sentimiento de culpabilidad de un pasado remoto cristiano-humanista, o de un elevado sentimiento poético y avergonzado de sí mismos, echan mano de asesinos a sueldo, en sentido figurado. Es decir, de “liquidadores” expertos.

La escritura de Adrián Fauro es, a la vez, cómica y seria. Se fija en los detalles pequeños y en la vida de barrio, y tiene, como él, conciencia de clase. Adrián es escritor, periodista y librero en la librería 80 Mundos de Alicante, la ciudad en la que vive y sobre la que escribe, y ha publicado un nuevo poemario, Nieve sucia, en el que reflexiona sobre el modelo de ciudad del que también forma parte. Escucha su entrevista con Laura Odene.

“El resultado es que Espurina ha conservado a los 77 años intactos el sentido de la vista y el oído. Además un cuerpo ágil y lleno de vigor y de la vejez tan solo la prudencia”, esto escribe en una de sus cartas, Plinio el Joven, en el siglo II dC, en la que describe su admiración por un amigo llamado Espurina, un hombre cuya vida ordenada y equilibrada le permitió mantener su salud y vigor ¡¡con 77 años!! Plinio describe cómo Espurina seguía una rutina diaria estructurada que incluía tomar el sol con moderación, ejercicio, lectura, escritura y momentos de relajación, resaltando la importancia de los hábitos, las rutinas diarias y la organización personal para una vejez saludable y satisfactoria. Esta carta es una reflexión sobre la virtud y la serenidad en la vejez, y Plinio expresa su deseo de alcanzar una vida similar llena de salud y actividad.

Plinio también ofrece una visión de su propia vida, ocupado con múltiples tareas y responsabilidades, y encuentra consuelo en el ejemplo de su amigo, que también tuvo una vida pública activa antes de retirarse a su tranquila existencia. Las cartas de Plinio no solo proporcionan una mirada íntima a la vida de un romano, sino que también son una fuente inagotable de información histórica sobre diversos aspectos de la vida en el Imperio Romano, desde la política y la administración hasta la vida cotidiana y la cultura.

Como no hay nada más moderno que los clásicos grecolatinos, les ponemos música actual. La banda sonora de esta carta de Plinio está compuesta por: "Morning Has Broken" de Cat Stevens; "Wildflowers" por Tom Petty y "Both Sides Now" por Joni Mitchell

En la portada de Las Eróticas se puede ver un sol de amanecida que parece ocultar, al proyectarse, unas vagas estrellas que se desdibujan bajo su halo creciente. Es fruto de la pericia del impresor Juan de Mongastón, que así lo publica en 1618, pero también de la intención polémica, de su autor. Porque, junto al dibujo, obra el grabador real Pedro Perret, también puede leerse una cita latina: Sicut sol matutinus. Me surgente, quid istae? Como el sol naciente. Apareciendo yo, ¿qué será de estas? Si, como parece -y como después descubre el texto- se refiere a la pléyade de poetas del Siglo de Oro, no extraña que Góngora y Quevedo, Cervantes y Lope de Vega, respondan a la provocación con irritación o desdén, imponiendo al final la indiferencia. Aunque el poeta primerizo es joven, sabe lo que hace: cuando se imprime Las Eróticas, Esteban Manuel de Villegas ya cuenta 29 años. Busca agitar, pero también el efecto rompedor de su obra al descubrir y divulgar, en España, la anacreóntica: esa composición lírica de arte menor, a menudo con una combinación estrófica de rima libre con tres endecasílabos y un verso pentasílabo, que celebra y canta el gozo, la ebriedad y el deseo, la mujer y el hombre en su sensualidad y el amor como sublimación de todos los sentidos. La sombra sugerente de Anacreonte, ese poeta griego que había nacido en Teos, más o menos al tiempo de la muerte de Safo de Lesbos, que siempre cantaría al hedonismo y a la salutación del placer, dota a la propuesta poética de Esteban Manuel de Villegas, en esa galaxia de estrellas de nuestro Siglo de Oro, de un pulso nuevo de modernidad que sabe proyectar su propio sol

Esta semana en "Los podcast de Villena", Luis Antonio nos acerca a la figura del crítico de arte y literatura italiano, autor de La agonía romántica, Mario Praz.

«Me da mucho miedo desencadenar una campaña de prensa moralista», se dice en alguna parte de Plataforma (del año 2001) la novela del poeta, novelista, ensayista y cineasta francés Michel Houellebecq (nacido en Saint Pierre, isla de la Reunión, 1958). Pero lo consiguió y no sería la primera vez, por cierto. La historia ya venía de antiguo, desde la primera parte (es decir, la novela Ampliación del campo de batalla, de 1994) de su cínica y descarnada trilogía dedicada a la decadencia y miseria afectiva del hombre contemporáneo y, en concreto, del hombre occidental, tal y como lo hemos conocido hasta ahora. Luego llegaría un segundo, aunque autónomo, seísmo de la serie (la novela Las partículas elementales, de 1998), una fantasía utópica y genetista, que cerraba el siglo y a la que se le negó hasta el último momento el significativo último Goncourt del milenio. Aunque, de todos modos, el mítico galardón por fin llegaría, tras varios intentos y no sin polémica, en 2010, por su novela El mapa y el territorio. Provocador y detestado por muchos, aunque adorado por otros con pasión, a lo largo y ancho del mundo, desde Estados Unidos al Japón, pasando por Europa, Michel Houellebecq, es el escritor francés actual con más proyección en el exterior, que posee un público de incondicionales desde la primera de sus inequívocas e inimitables obras. Otras de sus más conocidas novelas son Sumisión, Serotonina y, una última, Aniquilación.

Podemos afirmar que "La saga de Atlas y Axis", escrita y dibujada por Pau, es un clásico contemporáneo del cómic. Publicado en más de 15 países, se trata de una aventura para todos los públicos protagonizada por dos perros en un universo de animales antropomórficos muy particular. Mitos y leyendas, evolución, filosofía, guerra, venganza? Son muchos los temas que se abordan a lo largo de esta gran historia. Hemos hablado con su autor, Pau, que quiere reeditarlo en una versión integral mejorada, mediante una campaña de micromecenazgo en Verkami (vkm.is/atlas&axis)

Desde su célebre trilogía de Nueva York pasando por Mr. Vértigo, repasamos la obra del escritor más influenciado por la gran manzana, su estilo y también como ha evolucionado a lo largo del tiempo.