Cerca de 400 personas están atrapadas en Barajas en un limbo internacional intentando conseguir el asilo, según las organizaciones que trabajan con ellos. Denuncian hacinamiento, suciedad y falta de intimidad. Pueden quedar varados aquí semanas.
Un cuello de botella por el aumento de solicitudes de asilo que se alarga ya más de medio año y que ha llevado este martes a Cruz Roja a renunciar a su trabajo en el aeropuerto. El defensor del pueblo y los juzgados de control de las salas ya han pedido medidas urgentes y los sindicatos policiales llevan más de un mes reclamando soluciones.