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La salud del presidente venezolano sigue siendo objeto de especulaciones. Nada se sabe de él desde que llegó a Cuba hace una semana para seguir con el tratamiento contra el cáncer que padece. Ni una sola imagen. Tan sólo una pequeña nota en la prensa oficial cubana cuando aterrizó en la isla. Ni ha escrito en Twitter desde primeros de noviembre ni ha hecho ninguna conexión con la televisión venezolana, dos medios habituales para lanzar sus mensajes. Hace año y medio, Chávez fue intervenido en La Habana por un absceso pélvico. A los pocos días, fue operado de un tumor canceroso. A partir de entonces, su batalla contra el cáncer le ha llevado a Cuba en más de una docena de ocasiones. Y aunque con menos actividad pública, consiguió una tercera reelección en octubre. Ahora no tiene fecha de regreso en La Habana. Y todavía no hay confirmación oficial de si asistirá a la cumbre de Mercosur del viernes en Brasil.

Partidarios del presidente Mursi y opositores se han enfrentado lanzándose piedras, botellas e incluso cócteles molotov. Los alrededores del palacio presidencial se ha convertido en escenario de una batalla campal que deja decenas de heridos. Según algunas fuentes, podría haber varios muertos. La causa de tanta violencia, el decreto del presidente para blindarse con poderes extraordinarios y el proyecto de Constitución aprobado por la mayoría islamista.

La salud del presidente venezolano sigue siendo objeto de especulaciones. Nada se sabe de él desde que llegó a Cuba hace una para seguir con el tratamiento contra el cáncer que padece. Y todavía no hay confirmación oficial de si asistirá a la cumbre de Mercosur del viernes en Brasil.

Desde el gobierno y desde la más prestigiosa institución islámica de Egipto se ha pedido calma. Líderes opositores como Mohamer al Baradei o Amer Musa han ofrecido diálogo si Mursi retira su decreto. Pero también advierten que continuarán con las protestas si no es así. Hoy, la violencia estallaba después de que partidarios de Mursi desalojaran la acampada opositora. Las críticas han calado en el entorno del presidente. Varios de sus consejeros han dimitido. El gobierno mantiene la convocatoria del referéndum para el próximo día 15. Los líderes de la oposición culpan de esta violencia al gobierno y a los Hermanos Musulmanes por convocar a sus seguidores en el mismo lugar donde estaban concentrados los detractores de Mursi. El opositor y premio Nobel Mohamed El Baradei ha dicho en su cuenta de twitter que el régimen está llevando al país a un baño de sangre.

En Honduras, los campesinos se unen para reclamar una reforma agraria que proteja sus derechos frente al acoso de los terratenientes. Los grandes propietarios desplazan a los agricultores para plantar en sus tierras cultivos para biocombustibles.

Vidrio y alumino se alzan sobre una antigua mina de carbón. Es el museo del Louvre en Lens, ciudad víctima de la desindustrialización, con un paro superior al 16 por ciento. A una hora de París en alta velocidad, y cerca de Bélgica, confían en que la cultura les sirva para revitalizar su economía, con el Guggenheim de Bilbao como modelo. El coste: 150 millones de euros, financiados sobre todo por esta región del norte francés. La estrella, la llamada Galería del Tiempo y préstamos de su hermano mayor parisino como "La libertad guiando al pueblo" de Delacroix, o la "Santa Ana" de Da Vinci, con las que atraer especialmente, dice su director, a los habitantes de la zona, poco acostumbrados a visitar museos...

Sucedió el pasado lunes y el New York Post lo publicó en su portada de ayer. El metro a punto de arrollar a un hombre, que intenta subir desesperadamente al andén. En el titular, sólo una palabra: condenado. En páginas interiores la historia completa incluído que el metro no pudo frenar a tiempo y el hombre, un vecino de Queens de 58 años, murió antes de llegar al hospital. En principio otra de esas historias a las que nos tiene acostumbrados el sensacionalista New York Post, uno de los diarios de la factoría Murdoch. Hasta que surge la pregunta: ¿Por qué el fotógrafo no ayudó al hombre en vez de hacer la foto?.... Pensé que la mejor forma de ayudar era hacerle señales al maquinista con el flash de la cámara, la foto se hizo accidentalmente, ha explicado el fotógrado, colaborador habitual del New York Post, en la página web del periódico....Podía haber intentado sacarle pero pensé que no tendría la suficiente fuerza conseguirlo. Una explicación para muchos, insuficiente, incluída la asociación nacional de fotógrafos de prensa que, sin entrar a juzgar las circunstancias de su colega, ha recordado que por encima del trabajo de fotoperiodista está el trabajo de ser humano. La gente gritaba pero nadie hacía nada, cuentan algunos testigos, que también han explicado que a la víctima la empujó otro hombre con el que discutía. Las cámaras de seguridad del metro grabaron la discusión. Y en medio de la polémica el New York Post no parece dispuesto a soltar su presa y hoy en portada no sólo repite la foto sino que contraataca con otro de esos titulares que tan buenos resultados de ventas le procuran: el diablo de métro, dice, vio morir a su víctima.

El tifón Pablo ha dejado un rastro de destrucción y muerte a su paso por el sur de Filipinas. Hay 270 fallecidos y más de 200.000 desplazados. Las autoridades creen que el número de víctimas podría aumentar porque sigue habiendo decenas de desaparecidos por el lodo y los deslizamientos de tierras.

En Estados Unidos, republicanos y demócratas están enfrascados estos días en durísimas negociaciones para intentar llegar un acuerdo y evitar que el país caiga el próximo 1 de enero por el que han denominado "precipicio fiscal". Sin embargo, el líder republicano en la Casa de Representantes, John "Beiner", se ha tomado un pequeño descanso de esas conversaciones para inaugurar anoche el árbol de Navidad frente al Capitolio. Por su parte, el presidente Obama utiliza las redes sociales para ganar adeptos a su causa.

Hermanos Musulmanes y grupos de la oposición han llamado a los suyos a manifestarse de nuevo en torno al palacio presidencial. El pasado martes miles de egipcios rodearon este edificio oficial y mantuvieron durante la noche una acampada para manifestar su descontento con las nuevas medidas aprobadas por su presidente Mohamed Morsi.