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  • El sistema financiero de Chipre es siete veces más grande que su PIB
  • El 54% de los depósitos del país superan los 100.000 euros
  • Necesita 17.000 millones, casi el 100% del PIB, para sanear sus cuentas

El grupo de los llamados BRICS, formado por Brasil, Rusia, China, India y Sudáfrica, ha anunciado la creación de un banco común. El objetivo es servir de contrapeso a la presión del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Queda por concretar la sede, y el capital de partida, aunque se habla de cerca de 8.000 millones de euros por país, en total, unos 40.000 millones, pero la cantidad podría ser menor.

El objetivo es aumentar la cooperación entre los países emergentes, movilizando recursos, fomentando la construcción de infraestructuras y, sobre todo, liberarse de la presión de las agencias de calificación y del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, a los que acusan de estar controlados en exceso por Estados Unidos y la Unión Europea.

Los BRICS suponen el 42% de la población mundial y el 21% del Producto Interior Bruto del planeta. El año pasado, el comercio de los países del BRICS con África superó los 250.000 millones de euros. Por eso la sede del nuevo banco podría ser Sudáfrica. Pero, curiosamente, muchos países del continente recelan de China, a quien ven como la nueva colonizadora.

Las mafias rusas y de los países del Este están utilizando los bancos de Chipre para blanquear dinero en la costa mediterránea. En dos años y medio se han contabilizado más de cinco mil millones de euros enviados a España por ese sistema.

Terminada su ronda de contactos, el ganador de las elecciones en Italia, Pierluigi Bersani, sigue sin conseguir apoyos que le permitan formar gobierno. El Movimiento Cinco Estrellas le ha dado la espalda. Y no hay acuerdo con Berlusconi, aunque todavía espera un último movimiento, antes del encuentro el viernes con el Presidente de la República.

El Supremo de EE.UU. estudia si su prohibición es discriminatoria. Mientras, centenares de personas se han manifestado en defensa de los derechos de gais y lesbianas. Hoy se estudia la prohibición en California de estas bodas, que allí fueron legales durante seis meses. También ha habido manifestaciones contra las uniones de personas del mismo sexo. Mañana, tratarán la ley de algunos estados que impide reconocer los matrimonios homosexuales.

El Laiki va a ser liquidado, un contable de esta entidad lleva dos semanas sin trabajar, no sabe si cobrará este mes o si mantendrá su empleo. Denuncia que Chipre está construido sobre el sector bancario y que habrá muchos créditos impagados y desahucios. Los empleados de banca protestan por las calles y amenazan con la huelga si finalmente se producen despidos.

El rescate financiero de Chipre ha abierto el debate sobre quién tiene que pagarlo, y si parte de la factura debe proceder de los depósitos superiores a cien mil euros. La Comisión Europea insiste en que la salida acordada en Chipre es "única", no aplicable a rescates futuros, pero deja la puerta abierta a que contribuyan los grandes ahorradores. ¿Quién pagará en el futuro la caída de un banco? Si prospera la Directiva que la Comisión negocia con el Consejo y con el Parlamento Europeo, la entidad en crisis se hará cargo de buena parte de la factura. Primero se echaría mano del fondo de resolución creado por los propios bancos. Después asumirían pérdidas los accionistas y quienes tengan deuda subordinada. La portavoz comunitaria de Mercado Interior, Chantal Hughes, recordaba que no está excluida la utilización de los depósitos superiores a 100.000 euros y la deuda senior, la de más calidad, para afrontar situaciones de crisis. Sólo quedarían exentos de pagar los pequeños ahorradores. El recordatorio de un proyecto que todavía está fase de tramitación ha echado más leña al fuego que ayer provocó el presidente del Eurogrupo. Jeroen Deijsselbloem apuntaba que el rescate de Chipre puede ser un modelo para el futuro pero hoy todos matizaban esa declaración. "El caso de Chipre es único por muchas razones" decía la portavoz de la Comisión. Pero lo cierto es que, cara al futuro, la tesis alemana de que cada uno pague por sus errores se abre paso.