Las tareas de rescate de los cientos de mineros que quedaron atrapados el martes en una explotación turca, tras una explosión en la que murieron otros 205, continúan pese al fuego y los escapes de gas.
Algunos trabajadores, por su parte, han señalado a los medios locales que aún podía haber entre 300 y 400 personas en el interior y que era poco probable encontrarlas con vida.
La explosión tuvo lugar a unos 200 metros de profundidad, pero a una distancia de dos kilómetros desde la boca de la mina, mientras que los mineros atrapados se hallan a entre uno y dos kilómetros del lugar de la detonación.