Irán ha cumplido su amenaza de vengarse por el asesinato, a manos de Estados Unidos, del general Qasem Soleimani. Más de una veintenade misiles balísticos iraníes han impactado durante la madrugada de este miércoles contra dos bases militares en Irak en las que están destacados soldados estadounidenses.
Se trata de las bases de Ain al Asad, situada en la zona de Al Bagdadi, al oeste de la capital de la provincia de Ramadi, y de Erbil, capital de la Región Autónoma del Kurdistán. Según el gobierno iraquí, en total han caído 22 misiles, cinco en Erbil y 17 en Al Asad, dos de los cuales no han estallado. Las bases estaban en máxima alerta desde el viernes, cuando Soleimani murió en un bombardeo norteamericano.
La Guardia Revolucionaria iraní ha asegurado que 80 "terroristas americanos" han muerto en los ataques, que habían destruido igualmente helicópteros y equipo militar.
El portavoz del Pentágono, Jonathan Hoffman, ha asegurado que aún se estaban evaluando daños.
Por el contrario, el presidente de EE.UU., Donald Trump, ha afirmado en Twitter que "todo está bien" y ha anunciado una comparecencia durante la mañana del miércoles.