El centro de Ottawa, capital de Canadá, recupera su normalidad después de tres semanas de bloqueos por las protestas de los camioneros contra la vacunación obligatoria. Tras una operación policial de gran envergadura, una de las mayores de la historia del país, los agentes han logrado recuperar las calles de la ciudad y despejar el área frente a Parliament Hill. 191 personas han sido detenidas y 76 vehículos remolcados en los últimos días.
El sábado, los enfrentamientos entre la Policía y los manifestantes llegaron a su punto máximo de tensión. Equipados con porras y material antidisturbios, los agentes se enfrentaron a los manifestantes. Se sucedieron los forcejeos violentos, las detenciones y las incautaciones de vehículos. Las fuerzas del orden llegaron a emplear gas pimienta, justificando su uso como medida de defensa ante el “comportamiento agresivo" de los manifestantes, quienes, según dicen, les lanzaron pirotecnia y botes de gas.
Las imágenes de la actuación violenta en algunos casos delas fuerzas de seguridad han desatado fuertes críticas a la Ley de Emergencias. Invocada a principios de la semana pasada por el presidente Trudeau, concede al Gobierno y a la Policía poderes extraordinarios para incautar vehículos, multar y procesar a manifestantes yretirarles sus permisos de conducción.
Mientras los equipos de limpieza rehabilitan la capital canadiense después del caos y el ruido, en Nueva Zelanda la Policía ha arrestado a ocho manifestantes, en la segunda semana de protestas de grupos antivacunas. Siete agentes resultaron heridos durante una operación para colocar barreras de cemento en los alrededores del Parlamento de Wellington para evitar el bloqueo de la entrada al recinto.