Estados Unidos contiene la respiración. Si los congresistas no se ponen de acuerdo para aprobar los presupuestos antes del domingo, el Gobierno vería limitado su gasto y, entre otras cosas, dejaría de pagar a los funcionarios o cerraría edificios públicos. El origen del bloqueo está en la rebelión de los republicanos más radicales.
En Estados Unidos, los aspirantes republicanos a la Casa Blanca han tenido su segundo debate electoral. Los siete candidatos subieron el tono contra Donald Trump, que ayer volvió a boicotear ese encuentro. Y esa estrategia no le va mal: el expresidente lidera la carrera republicana con más de 40 puntos de ventaja.
Donald Trump estaba en Michigan, hablando con los trabajadores del automóvil que llevan dos semanas en huelga. Les ha dicho que él no dejará que sus trabajos se vayan a China, que Biden matará la industria con las ayudas a los coches eléctricos.
El voto obrero puede ser clave en 2024, y Trump intenta disputárselo a Biden, como si diese por hecho que las primarias ya las tiene ganadas. Sus seguidores lo tienen claro: los demás sólo se pelean por el segundo puesto, dice este hombre.
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La carrera presidencial en Estados Unidos coge velocidad. Este miércoles ha sido el segundo debate de los candidatos del partido republicano con una gran ausencia, la de Donald Trump. Ha preferido apoyar a los huelguistas de la industria del automóvil. A pesar de sus problemas judiciales, sigue siendo el favorito en las encuestas para enfrentarse a Joe Biden.
FOTO: Los candidatos republicanos Ron DeSantis y Vivek Ramaswamy durante el segundo debate AFP/JUSTIN SULLIVAN
Hace 40 años el mundo estuvo al borde de la III Guerra Mundial. En plena guerra fría, los sistemas de alerta soviéticos detectaron
el lanzamiento de cinco misiles desde Estados Unidos que impactarían en Moscú, según la computadora, en menos de 30 minutos. El oficial de mando, Stanislav Petrov, estaba obligado a comunicarlo a sus superiores, pero sospechaba que la máquina estaba fallando y decidió informar de una simple falsa alarma.
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Durante décadas, el expresidente estadounidense Donald Trump se forjó una imagen de empresario de éxito con su emporio inmobiliario. Ahora, un juez de Nueva York considera probado que inflaba el valor de sus edificiosy sus clubs de golf para obtener préstamos con mejores condiciones.
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El presidente estadounidense, Joe Biden, ha protagonizado este martes una imagen poco frecuente, situándose al frente de un piquete sindical. El mandatario ha dado su apoyo a los trabajadores de la industria del automóvil en Michigan, un estado que puede ser clave en las próximas elecciones.
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