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El Partido Republicano ha dado un vuelco histórico en las elecciones legislativas en Estados Unidos al arrebatar a los demócratas el control de la Cámara de Representantes tras quitarle más de 60 escaños, pero no ha podido lograr apoderarse del Senado, que seguirá en manos del partido en el poder, en la primera ocasión en 80 años que ambas cámaras tienen distinto color político.

  • Dos años de parálisis legislativa pueden ser fatales para la economía
  • Los líderes republicanos del Congreso y el Senado se niegan a cualquier pacto
  • El recorte del déficit y revocar la reforma sanitaria, entre sus prioridades
  • La ley migratoria o la reducción de emisiones quedarán en nada 

En Estados Unidos, elecciones para renovar, entre otros cargos, la Cámara de Representantes y un tercio del Senado. 26 millones de electores han votado ya anticipadamente, una cifra récord. Los pronósticos apuntan a un cambio, esta vez a favor de los republicanos.

El éxito mediático del movimiento ultraconservador del Tea Party ha puesto el foco sobre muchos candidatos no profesionales y salidos de la nada. No es algo nuevo en la historia electoral del país pero sí que se presenten bajo las siglas del partido republicano.