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El presidente sirio Bashar al-Asad ha dicho que no tiene intención de dimitir, y que ve muy difícil abrir negociaciones con la oposición. Lo ha dicho en una entrevista concedida al diario argentino `Clarín¿. Mientras, sigue la guerra. El ejército sirio ha iniciado una gran ofensiva en el centro del país para recuperar una zona que lleva un año en poder de los rebeldes.

Una nota encontrada, de uno de los hermanos Tsarnaev, revela que atentaron en Boston por las acciones militares de Estados Unidos en Irak y Afganistán. Dzhokhar, escribió en las paredes del bote en el que se escondió, un texto en el que decía, que las vícitimas del atentado son un "daño colateral" de la guerra de Estados Unidos contra el mundo musulmán. El pequeño de los dos, dice que no guarda luto por su hermano, porque es un "mártir en el paraíso". Dzhokar permanece ingresado en un hospital carcelario.

El Departamento del Tesoro de EEUU anunció el jueves la inclusión en su lista terrorista de los ministros de Defensa, Salud, Industria y Justicia del régimen sirio de Bachar al Asad, y la imposición de sanciones económicas contra las aerolíneas nacionales del país, Syrian Arab Airlines.

"Estamos determinados a actuar contra las actividades que contribuyan a la horrenda situación en Siria, ya sea mediante la supervisión de los asesinatos indiscriminados de civiles o la entrega de armas al régimen de Asad", indicó el secretario adjunto del Departamento del Tesoro David S. Cohen, en un comunicado.

Los cuatro ministros sirios son el de Defensa, Fahd Jassem al-Freij; el de Salud, Saad Abdel-Salam al-Nayef; el de Industria, Adnan Abdo Al-Sukhi; y el de Justicia, Najm Hamad al-Ahmad, todos ellos nombrados por Asad en 2012.

El titular de Defensa, además, ha sido incluido por haber participado en violaciones de los derechos humanos, ya que bajo su dirección se han llevado a cabo ejecuciones "sumarias" y asesinatos "gratuitos", según el Gobierno estadounidense.

Al menos seis personas han muerto y otras 14 están desaparecidas tras el paso anoche de varios tornados por la localidad de Granbury y sus alrededores, en el estado norteamericano de Texas. Los tornados causaron graves daños materiales en las viviendas e infraestructuras de la zona y al menos un centenar de personas resultaron heridas, de las que 28 tuvieron que ser atendidas en un hospital local, indicó el funcionario.