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¿En qué van a estar pensando los estadounidenses cuando vayan a votar? La inmigración es el tema estrella de la campaña republicana mientras que la sanidad lo es de la campaña demócrata. Además, los ciudadanos se mirarán el bolsillo y aquí es donde Donald Trump tiene su principal baza.

El famoso gángster de Boston James Whitey Bulger fue asesinado en una prisión alta seguridad de Virginia Occidental, a donde había sido trasladado horas antes, por otro preso vinculado a la mafia. Bulger, de 89 años, y a quien inmortalizó el actor Jack Nicholson en la película Infiltrados de Martin Scorsese, fue el jefe de la mafia irlandesa en Boston en los años 70 y 80. Durante esas décadas, la banda de Bulger, centrada en el sur de Boston, y sus rivales de la mafia italiana, con conexiones en Nueva York, protagonizaron una sangrienta batalla por el control de la ciudad.

Bulger huyó en 1994 de Boston y permaneció durante 16 años escondido en un apartamento de Santa Mónica (California), una acomodada ciudad del condado de Los Ángeles a orillas del Pacífico, junto a su compañera sentimental, Catherine Greig. En 2013, Bulger fue condenado a dos cadenas perpetuas por once asesinatos cometidos durante sus años al frente de la Winter Hill Gang, que controlaba gran parte del negocio de tráfico de drogas, extorsión y apuestas ilegales de la ciudad.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha recrudecido su estrategia contra la inmigración al anunciar que quiere acabar con el derecho de ciudadanía que se adquiere automáticamente al nacer en el país. A una semana de las elecciones legislativas, Trump ha vuelto a centrar el debate político en el control fronterizo y la inmigración irregular mientras la caravana de migrantes hondureños continúa su viaje hacia Estados Unidos.

Esta semana, en Estados Unidos, un hombre blanco mataba a tiros a dos negros, al azar, en una tienda de Kentucky, en un crimen racista. Otro atemorizaba al país enviando paquetes bomba a líderes demócratas. Un seguidor de Trump que confesaba en las redes su odio, entre otros, a los inmigrantes y que pedía abiertamente en su facebook la muerte para sus enemigos ideológicos. El sábado, un antisemita abría fuego en una sinagoga de Pittsburg matando a once judíos, lo que era aplaudido por simpatizantes neonazis en las redes. 

Tres crímenes de odio que han sacudido al país en un momento en que se extienden los discursos de la intolerancia a través de las redes. 

Facebook reconoce que sus sistemas detectaron el pasado año sólo el 38% de esos discursos, mientras que detectaron el 90% de contenidos con desnudos y la casi totalidad de los mensajes terroristas. 

El presidente Trump visitará este martes Pittsburg para dar el pésame a las familias. El alcalde se ha negado a recibirle y líderes judíos han dicho que no va a ser bienvenido. 

Son muchos los que se embarcaron en la caravana de la noche a la mañana, sin pensarlo demasiado y sin medir sus fuerzas. Rafael y Dalia viajan con su bebé de un año. Su imagen  cruzando el puente fronterizo con Guatemala entre gases lacrimógenos dio la vuelta al mundo. Después de tantos sacrificios no es fácil tomar la decisión de volver. Algunos se entregan directamente a inmigración para que los repatríe. Otros desandan el camino por su cuenta, incluso volviendo a cruzar el río por el que entraron clandestinamente a México, aunque ahora en sentido inverso. 

Para ellos no ha podido ser esta vez, pero aseguran que lo volverán a intentar. 

En la frontera entre Estados Unidos y México ha empezado el despliegue de los 5.200 militares que el gobierno de Donald Trump ha enviado para responder a la llegada de las dos caravanas de inmmigrantes centroamericanos. Los soldados reforzarán la vigilancia en Texas, Arizona y California y se suman a los más de 2.000 efectivos de la Guardia Nacional que se encuentran en la frontera desde abril. Nos lo cuenta el corresponsal de RNE en Washington. Fran Sevilla.