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Las obras comenzaban en 2009 y se prolongaban año y medio. El tranvía de Jaén recorría entonces la ciudad en pruebas de manera gratuita. Pero lo hizo solo 13 días porque la empresa de autobuses urbanos demandó competencia desleal y un juez paralizó el servicio. Dos días después las elecciones municipales convierten en alcalde al popular Fernández de Moya, que se negó a poner en marcha el tranvía.

Estos días se cumplen diez años desde que el tranvía de Jaén dejara de circular. Desde entonces, ha habido una década de desencuentros entre Ayuntamiento y Junta de Andalucía, siempre de distinto signo político. El trazado, convertido en aparcamiento y pista deportiva, es una cicatriz en la ciudad, que recuerda que esta parte de la España vaciada sigue esperando la mejora de las infraestructuras para poder ser una ciudad del siglo XXI.