Zaragoza se adapta a la Ley de Cambio Climático y Transición Ecológica que entró en vigor ayer, día 1 de enero, pero lo hace de manera provisional con la Zona de Bajas Emisiones. De forma que, se restringe el tráfico a los vehículos más contaminantes en el área comprendida entre las calles San Vicente de Paul, Coso, Conde Aranda, calle Mayoral y Paseo Echegaray y Caballero.
A pesar de que la Ley ha entrado ya en vigor, el Gobierno de España, da un plazo de 18 meses a las ciudades de más de 50.000 habitantes para que adapten sus normativas. Por eso, la Policía Local de Zaragoza, no va a sancionar a los conductores con coches más antiguos y por tanto más contaminantes, si no que únicamente les informará.
Los crespillos, un postre sencillo, económico y con el que dar el pistoletazo de salida a estas fiestas. Es un dulce originario de Barbastro, en Huesca, que consiste en aprovechar las hojas de la Borraja, lo que habitualmente desechamos. Esta verdura es típica de invierno, pero los aragoneses aprovechan para hacer crespillos siempre que haya. Después de terminarla mezcla, toca embadurnar las hojas de la borraja en la masa, dejar que escurran un poco y freírlas en el aceite. Una idea de estas Navidades, de la mano del chef, es embadurnar los crespillos con chocolate.
La única norma es elegir un libro que tenga un significado especial y, lo más importante, escribir una dedicatoria con palabras que salgan desde el corazón. Después, se envuelve como regalo, y se entrega en una caseta que hay ubicada en la Plaza del Pilar de Zaragoza. Tal y como explica Manu Durán, voluntario y miembro de la Organización Atrapavientos, "hay que traer libros que importen, que sean de los difíciles de desprenderse de casa. Y tienen que ser una dedicatoria que la otra persona que la reciba, flote". "Porque si no, se pierde la ilusión", remarca.