Su origen fue humilde, lo llevaban las mujeres de tratantes de ganado a finales del XIX, pero, al tiempo, los trajes de flamenca se llenaron de color, encajes, tiras bordadas y se convirtió en seña de identidad de la feria de abril. Una tradición que se adaptan a nuevas tendencias, que siempre beben del pasado.
Foto: Dos mujeres vestidas de flamenca se protegen del sol en el Real de la Feria de Abril de Sevilla (EFE/ Raúl Caro)