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En Pakistán, casi trescientas personas han muerto en un incendio en una fábrica de tejidos. Tan solo unas horas antes, otras 25 morían atrapadas por las llamas en un taller de zapatos. Los dos edificios utilizaban generadores y no estaban preparados para un incendio.

Horas antes, otro fuego en un taller de zapatos mataba a otras 25 personas. La falta de medidas antiincendio y las pésimas condiciones de trabajo, han convertido los dos edificios en trampas mortales.

Más de 100 personas han muerto calcinadas en un incendio que se desató durante la noche del martes en una fábrica textil de la populosa ciudad de Karachi, en el sur de Pakistán. 35 personas han resultado heridas mientras aún se recuperan cuerpos calcinados.

Las causas del siniestro son aún desconocidas. Las autoridades pakistaníes a menudo son incapaces de proveer el flujo eléctrico continuado a las fábricas, por lo que muchas tienen generadores propios, que funcionan con gasolina, para evitar los cortes de luz.

Responsables de los bomberos han afirmado al diario Express Tribune que la virulencia del fuego hace temer por la integridad del inmueble, donde se sospecha que había unos 1.500 trabajadores cuando se declaró el siniestro, aunque la mayoría pudieron huir.

Desde el inicio, los equipos de rescate han tenido grandes dificultades para hacer frente al incendio por su magnitud, que hacía imposible entrar en el edificio, y por el hecho de que solo había una puerta de acceso a la fábrica.

Al menos 61 personas han muerto calcinadas en un incendio que se desató durante la noche del martes en una fábrica textil de la populosa ciudad de Karachi, en el sur de Pakistán, según han informado fuentes de los equipos de rescate.

Según las fuentes, citadas por los medios locales, los bomberos han conseguido controlar el fuego, que ha afectado a la mayor parte de la factoría, situada en el barrio de Baldia, donde todavía podría haber decenas de personas atrapadas.

Una fuente policial dijo a Efe que hasta ahora se han registrado 56 muertos, pero diversos medios sitúan esa cantidad en 61 y el canal local Dunya eleva el número hasta 77, aunque no precisa sus fuentes.

Responsables de los bomberos han afirmado al diario Express Tribune que la virulencia del fuego hace temer por la integridad del inmueble, donde se sospecha que había unos 1.500 trabajadores cuando se declaró el siniestro, aunque la mayoría pudieron huir.

Al menos dos personas han muerto y 19 más han resultado heridas este lunes a causa un ataque suicida a la salida del consulado de EEUU en la ciudad norteña paquistaní de Pesháwar, informa a Efe una fuente policial. Uno de los dos fallecidos y varios de los heridos son extranjeros, según esa fuente.

De acuerdo con el canal de televisión local Geo, una de las víctimas mortales es estadounidense.

A última hora de la mañana, la embajada de EEUU en Pakistán ha rehusado confirmar ese extremo y ha afirmado a través de una portavoz que estaba recabando información sobre el ataque.

La fuente policial ha precisado que el objetivo del atentado, perpetrado a la media mañana hora local con un automóvil cargado de explosivos, era un vehículo que salía del consulado estadounidense en la zona denominada University Town.

Diversos medios locales han elevado a tres el número de muertos por la acción suicida, que ha tenido lugar muy cerca de unas oficinas de Naciones Unidas en Pesháwar, la principal localidad del noroeste del país surasiático.

En Pakistán el imán que acusó de blasfemia a una niña cristiana por haber quemado unas páginas con versículos del Corán ha sido detenido ante la sospecha de que falsificó las pruebas. El juez debe decidir mañana sobre el futuro de Rimsha, de 11 años, con discapacidad mental, en prisión desde hace dos semanas.

Al menos 24 personas han muerto en las últimas 48 horas en la ciudad paquistaní de Karachi, la mayor del país, en una ola de violencia.

Muchas de las víctimas, asesinadas por pistoleros durante el lunes y el martes, estaban conectadas a grupos religiosos y políticos, según los medios de información locales.

El martes, 14 personas murieron en distintos actos de violencia, y por la noche los manifestantes que protestaban por la última de estas muertes incendiaron un autobús vacío.

Con más de 18 millones de personas, Karachi tiene una larga historia de violencia política y de disputas étnicas, religiosas y sectarias. Más de 400 personas han muerto solo este año.

Las bandas callejeras y los grupos armados de lealtad étnica son usados por los partidos como carne de cañón en la ciudad, que contribuye con aproximadamente dos tercios a los ingresos del Estado y que acoge puertos y las sedes de la bolsa y el banco central.