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Al menos trece personas, de ellas doce chiíes, han muerto este martes y siete han resultado heridas por disparos de un grupo de desconocidos armados a un autobús en el oeste de Pakistán, según ha informado a Efe una fuente oficial.

El ataque ha tenido lugar en la conflictiva ciudad de Quetta, capital de la provincia paquistaní de Baluchistán, y los atacantes, montados en motos, han obligado al conductor a parar antes de subir al autobús y comenzar a disparar de manera indiscriminada.

"Está claro que estamos ante un ataque de tipo sectario contra los chiíes, que son de etnia hazara", ha declarado el jefe de operaciones de la Policía de Quetta, Hamid Shakeel. El otro fallecido era pastún.

A primera hora de la mañana ningún grupo había reivindicado los hechos, pero Shakeel se ha mostrado seguro de que el ataque ha sido perpetrado por "una de las bandas sectarias" que operan en Quetta, una ciudad con un largo historial de atentados.

El autobús se dirigía hacia el barrio de Hazara Ganji, donde se han congregado grupos de residentes y hay disturbios como señal de protesta que la Policía está intentando controlar en previsión, según el oficial policial, de "nuevos incidentes".

De esta forma se permiten teledirigir los ataques, evitando bajas sobre el terreno. El último objetivo de esta polémica arma: un estadounidense, líder de Al Qaeda en Yemen y responsable de propaganda en la red. Ante este suceso se plantean problemas morales y legales porque estamos hablando de una violación del espacio aéreo de países sin el permiso para llegar a hacerlo. En diez años, Estados Unidos ha pasado de tener 50 aparatos como este a 7mil y ya ha solicitado al Congreso 5 mil millones de dólares para comprar más el año que viene. La muerte del clérigo radical ya ha levantado las primeras críticas al gobierno de Obama. Awlaki tenía doble nacionalidad y este crimen, dicen los expertos, podría haber violado las leyes del país. Según el Washington Post, el Departamento de Justicia habría autorizado la operación amparándose en que era una acción de guerra.

Decenas de personas han muerto en un accidente de un autobús escolar en Pakistán al precipitarse el vehículo a una zanja cuando viajaba por Kalar Kahar, a unos 160 kilómetros al este de Islamabad, la capital paquistaní. La mayoría de las víctimas del accidente son estudiantes, pero también hay profesores entre los fallecidos.

Al menos ocho personas han muerto este lunes por la explosión de una bomba ante la residencia de un jefe de la policía en la ciudad de Karachi, en el sur de Pakistán, según ha informado el canal local de televisión Geo.

La fuente ha precisado que los terroristas dejaron la carga explosiva en un vehículo que estacionaron frente a la casa del oficial Chaudhry Aslam, director del departamento de investigación criminal de la ciudad y que ha resultado ileso.