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Israel ha emprendido una ofensiva diplomática tras la resolución del consejo de seguridad de la ONU que condena los asentamientos en territorios ocupados. El primer ministro, Benjamín Netanyahu, no acepta los términos de esa votación y acusa de estar detrás a la administración de Obama. Por primera vez, Estados Unidos se abstuvo y la resolución salió adelante. El Gobierno israelí llamó este domingo, día de Navidad, a los embajadores de diez de los 14 países que votaron a favor de la resolución de la ONU, entre ellos España. Según fuentes diplomáticas españolas, en el encuentro el gobierno israelí expresó su "decepción" porque España votara a favor. La delegación española cree que que la resolución es equilibrada: condena los actos de violencia y también los asentamientos colonos. En ningún momento se anunció represalias contra España, según esas mismas fuentes.

La ola de violencia que, en el plazo de un año, se ha cobrado la vida de más de 200 palestinos y 36 judíos israelíes no puede calificarse de "Intifada": carece de la dimensión y la organización que tuvieron los dos levantamientos que dieron en llamarse Intifadas (1987- 1993 y 2001-2005).

Es la primera conclusión en la que coinciden los expertos consultados por RTVE.es: Jesús Núñez Villaverde, codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH); y Pere Vilanova, investigador asociado del Barcelona Centre for International Affairs (CIDOB).

Los analistas señalan también que esta oleada no tendrá repercusión en un conflicto enquistado en el que Israel impone sus condiciones con el silencio de la comunidad internacional.