La poeta, que ha ganado el Premio Princesa de Asturias de las Letras, ha recibido los aplausos del público asturiano en su acto más reciente en Oviedo. Es la primera persona rumana que recibe un premio de estos galardones. Blandiana es una escritora que ha ido encadenando censuras durante su vida en su país de origen. La primera, la de su nombre real: Otilia Valeria Coman. El régimen rumano de Ceauşescu le prohibió utilizar su apellido, ya que consideraban a su padre un "enemigo del pueblo". Por ello, se puso el nombre de la aldea en la que nació su madre: Blandiana.
Le impidieron estudiar y publicar, pero consiguió forjarse una carrera clandestina. Nunca abandonó Rumanía como símbolo de resistencia, sin embargo, sus poemas son muy sensibles. En uno de ellos, comenta a RTVE.es, habla de unos amantes que viven dentro de una pompa de jabón.
"Observo que hoy la cultura se asume como una forma de entretenimiento, y esa es una manera tóxica de educar al público. Si la cultura se queda en divertimento sería el fin de la cultura verdadera, si baja el nivel intelectual del público, este se convierte en manipulable", indica la escritora.