De los casi 40 millones de europeos que cada año visitan el Reino Unido, más de dos son españoles. A partir de abril, sin embargo, tendrán que pedir autorización para entrar en el país. Es una especie de visa consecuencia del Brexit, que ya puede solicitarse a través de una aplicación móvil que se llama UK ETA. Es un procedimiento parecido al de cuando se viaja a Estados Unidos o Australia y cuesta 10 libras (unos 12 euros). El Gobierno británico afirma que es un proceso sencillo, que la autorización tardará entre unas pocas horas o un par de días y que será válida por dos años.
Foto: HENRY NICHOLLS / AFP