En Eurovisión siempre se dice que lo importante es que la canción levante al público. Pero puede haber algo más. "Los festivales de Eurovisión son festivales geopolíticos. Es una manera de vender la narrativa de un país ante una audiencia de más de 160 millones de personas", explica el profesor de Relaciones Internacionales de la UCM, Miguel Ángel Benedicto. Este año, de nuevo, la guerra de Ucrania está presente. Ha impedido que el festival se celebre allí. Los ucranianos ganaron el festival en 2022 arrasando en el televoto.
"Claramente, el año pasado, gana Ucrania por la guerra. El jurado profesional no puso a la canción entre las favoritas", destaca Benedicto. La organización prohíbe hacer cualquier tipo de discurso político. Pero la situación geopolítica se cuela a veces a través de las canciones. Por ejemplo, este año, con la propuesta croata y su: 'Mamá, me voy a la guerra'. Muchos apuntan que es una crítica a Putin. Las razones culturales como la cercanía entre países, la migración o el idioma, 18 diferentes este año, pueden decantar el voto popular.